domingo, 27 de diciembre de 2015

San Silvestre Angulera y San Silvestre de Mieres: ¡DOBLETE!

Las Navidades en Asturias siguen su curso y este año he decidido aprovechar un poquito más el buen estado de forma en que me encuentro y apuntarme a alguna San Silvestre extra.

Tras el buen sabor de boca que me dejó el tercer puesto de la carrera de Nochebuena de Gijón, la siguiente cita tendría lugar dos días después, en el pueblo pesquero de San Juan de la Arena. Me estrenaba en esta peculiar San Silvestre, apodada como "Angulera", que, en años precedentes, constaba en el palmarés de grandes atletas asturianos como David Fernández Ginzo (2014) o Borja Jerónimo García (2013). El nivel siempre había sido bastante alto, pues los 100 euros y el lote de angulas que la organización concede a los ganadores absolutos eran un buen reclamo para atraer atletas de prestigio.



Con la duda de quién vendría a por las angulas me planté en San Juan. Era una tarde soleada, típica de este maravilloso verano que estamos viviendo en Navidades. Temperatura perfecta para correr (12 graditos) y nada de viento. El ambiente de San Silvestre se respiraba nada más llegar. Es una pasada ir a los pueblos y ver a todo el mundo volcado con la prueba. Primero fueron los niños quieres corretearon por las calles de la villa, y a las 17:00 horas, con una puntualidad asombrosa, nos situamos en línea de salida los más de 500 atletas que íbamos a luchar por el suculento premio. Miré a ambos lados y no conocí a nadie de los que estaban en primera fila, por lo que se perfilaba una carrera divertida, de 4700 metros y llena de incógnitas.

Tras las animaciones previas del speaker se da la salida por las abarrotadas calles de San Juan de la Arena y pronto me doy cuenta de quién es quién. Los primeros metros son de tanteo y espero a ver qué atletas dan la cara y a qué ritmo. Daniel Martínez (Atlética Avilesina), chaval joven y de buena planta, es el primero en mostrar sus cartas, pero tras 800 metros a 3:10'/km veo que somos muchos en el grupo y decido emprender una aventura en solitario. 



Por primera vez asumo un rol al que no estoy acostumbrado. Ataco desde lejos, aún con 4 kilómetros por delante y toda la carrera por decidir, pero me encuentro tan bien que no me lo pienso y "clavo" un 2:55'/km en el segundo kilómetro. Llego al punto de giro y es ahí cuando soy consciente de que la carrera ya está rota. Le saco al segundo más de 100 metros y aún me veo con fuerzas para mantener el ritmo. Cuido la técnica, me centro en la zancada y empiezo a pensar en dosificar fuerzas para el día siguiente, en Mieres, no acusar el esfuerzo. Aún así, sigo rodando a poco más de 3'/km. 




Entro en las calles principales del pueblo y disfruto de la gente, el ambiente y la victoria. Carrera ganada de una forma a la que no estoy acostumbrado: yéndome solo y a ritmo, sin agobios y sin perseguir a nadie más que al coche que abre carrera. Me alegra enormemente este triunfo, ya no solo por los premios, sino por suceder en el historial de ganadores de la San Silvestre Angulera a atletas de la talla de Ginzo o Borja.



Y sin tiempo para respirar, al día siguiente por la mañana pongo rumbo a Mieres para citarme de nuevo con un dorsal. Es la cuarta vez que corro la San Silvestre mierense, que se ha convertido en un fijo de mi calendario navideño. Las ediciones anteriores se saldaron con un 5º puesto en 2012, 5º puesto en 2013 y 2º puesto en 2014. ¿seguirá la progresión?

El nivel este año es bastante alto. Aunque el último ganador, Juan Luis esté ausente, a la cita acuden atletas de la talla de Jorge Cosío y Juan Carlos, con quienes ya había corrido años atrás y me habían ganado en varias ocasiones. Mientras calentaba con Luis Cue fui consciente de las buenas sensaciones en las piernas. Pese al esfuerzo del día anterior en San Juan, estaban aparentemente descansadas y me pedían marcha.



A las 12:00h formamos en línea de salida más de 300 atletas para cubrir un recorrido de 4500 metros, dando dos vueltas iguales que empiezan y acaban frente al ayuntamiento. Se da la salida y vaticino que no va a ser una carrera tan fácil como la del día anterior. Me espero a Juan Carlos y a Cosío imponiendo un ritmo más fuerte que el que llevamos al principio en San Juan, pero mis previsiones no se cumplen y a los 500 metros vuelvo a sentirme como un caballo atado y enjaulado. Sin pensármelo, de forma alocada me pongo a tirar y, para mi sorpresa, me quedo solo.



 A los 800 metros de recorrido ya iba en cabeza en con dos galgos por detrás que seguro que no me iban a dar tregua. Tiré para adelante sin girar la cabeza en ningún momento. Metro a metro me fui distanciándome de mis perseguidores, de nuevo rodando a 3'/km y con cierta soltura. Primer paso por meta y a falta de una vuelta la victoria la siento mía. 



Inconscientemente el cuerpo me pide relax, me suplica que no le machaque si no hace falta, y por eso en el kilómetro 3 se me va un poquito el ritmo, pero lo recupero al final y entre corredores doblados cruzo la meta en primera posición.



A la cuarta fue la vencida. Victoria en Mieres, por delante de Juan Carlos y Cosío y doblete de San Silvestres el fin de semana.



Como digo, no estoy acostumbrado a asumir el papel de favorito en carreras de atletismo y ser yo el que tenga que dar la cara desde el principio, pero estas dos San Silvestres me han enseñado mucho: otra forma de correr, otra forma de sufrir y otra forma de disfrutar. Los halagos debilitan por lo que no quiero hacerme ilusiones de ningún tipo y prefiero seguir siendo crítico con los pequeños detalles que sé que aún se me escapan. Así que, a tres de días de la San Silvestre de Oviedo nada de hacerse ilusiones, solo pensar en corregir matices (que los hay) y en disfrutar de mi ciudad en la que va a ser, sin duda, una de las carreras más especiales del año.


Nos vemos el 31...

1 comentario:

  1. Sólo por la ilusion con la que hablas de la san silvestre de Oviedo te merecias ganar ayer, enhorabuena!

    Soy el otro Pelayo con el que coincidiste en el podio senior de Mieres, ayer me quedé un poco más lejos jeje

    Un saludo

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