Biografía

Soy Pelayo Menéndez Fernández (Oviedo 31/03/1990), amante del deporte en general y del triatlón, duatlón… y todo lo que acabe en “-tlón” en particular.



KARATE, ESQUÍ Y GOLF: Una infancia siempre orientada al deporte

Comencé a hacer deporte desde muy niño gracias a la insistencia de mis padres. Primero fue el golf, deporte que practiqué esporádicamente hasta que empecé a tener uso de razón y me di cuenta de que lo de darle a la bolita no era lo mío. Probé suerte en el esquí y en el kárate. A los 5 años ya me lanzaba ladera abajo como un obús y a los 8 años lanzaba unas patadas voladoras a diestro y siniestro. Sin embargo no fue hasta los 14 años cuando empecé a tomarme estos dos deportes algo más en serio. Tanto en esquí alpino como en kárate competí a nivel nacional acudiendo a varios campeonatos de España y consiguiendo podiums regionales hasta que a los 18 años me trasladé a vivir a Santander por motivos de estudio y tuve que dejarlo aparcado.

Top CAEI Baqueira 2008

Cto Asturias de karate 2007
ATLETISMO: Un primer paso al empezar la universidad (2009-2010)
Mi primer año en Santander fue, deportivamente hablando, nulo. Al haber dejado de golpe mi rutina de entrenamientos de karate y esquí sentía un gran vacío, por eso, en segundo de carrera, con 20 años decidí apuntarme al equipo de atletismo de la Universidad de Cantabria aconsejado por un amigo y con ningún propósito más allá que hacer algo de deporte. Poco a poco me fui enganchando y pese a no haber corrido antes en mi vida de forma regular, no se me dio mal y empecé a notar mejoría.

10 km de Santander 2012

DUATLÓN Y TRIATLÓN: Mis inicios con 21 años
Al finalizar el año pensé que estaría bien dar un paso más y probar el duatlón y el triatlón. Así, a los 21 años me apunté al equipo de triatlón de la Universidad de Cantabria. El reto era doble, si bien la carrera a pie la llevaba entrenando desde hacía un año, la bici y la natación no las había tocado. Y sin querer me planté en la línea de salida del que sería el primer duatlón de mi vida: Santander 2011. En Mayo de ese mismo año me tiré a la piscina por primera vez, un mes antes de correr el triatlón de Suances, prueba en la que me estrené en esta disciplina.

Debut Suances 2011
2011, UN AÑO DE DEBUT INTERRUMPIDO POR EL ERASMUS
Ese primer triatlón que hice en Suances, terminando en el puesto 42, me terminó de convencer de que este era mi deporte. Ese verano me preparé por mi cuenta durante el mes que estuve estudiando en Estrasburgo y al volver, en mi segundo triatlón, en Castro Urdiales (Olímpico Sin Drafting), me colé entre los 26 mejores, con más de 200 participantes en salida, y el el tercero, el Cto de Asturias Sprint en Viavelez, pesqué una 11ª plaza absoluta que no me podía imaginar. Pero la marcha a París para comenzar el Erasmus, interrumpió la progresión de mis primeras carreras en el mundo de los tres deportes. Aún así, esto no había hecho más que empezar.

2012, ENTRENANDO POR LOS CAMPOS ELÍSEOS
El Erasmus supuso un pequeño parón pero, a la vez, una recarga de batería para volver en el verano de 2012 con más ganas que nunca. A partir de la primavera entrené todo lo que pude por lugares emblemáticos de la ciudad Parisina, participando en su Media Maratón (1h23'). También hice dos carreras de 10km antes de volver definitivamente a España (36'00'' en Colindres y 35':35'' en Santander). Y el retorno no pudo ser mejor. Fiché por el equipo de Triatlón Camargo Astillero, bajo el mando de Carlos Cobo, y ese año conseguí ser Campeón del Circuito Cántabro de Trialtón Sub23, Campeón del Circuito Cántabro de Duatlón Cross Sub 23 y Campeón Universitario de Triatlón (Bansander). Ni siquiera una operación de fístula perianal, que me tuvo parado todo Julio, impidió que siguiera disfrutando de este deporte. El resultado del que me siento más orgulloso ese año fue del 6º puesto en el Triatlón de Santander, donde por primera vez, me vi con capacidad de disputar un pódium en categoría absoluta. Pero aún era pronto y con solo 22 años y uno de experiencia no tenía prisa. Lo bueno estaba por llegar.

2013, PRIMERA VICTORIA EN TRIATLÓN Y PÓDIUM EN OVIEDO
En mi tercera temporada tocaba despedir la categoría Sub 23, y lo hice, curiosamente, olvidándome de ella y compitiendo de tú a tú con los Absolutos. Seguí entrenando por mi cuenta, pero fue este año cuando de verdad noté un salto de calidad enorme. El punto de inflexión que me hizo ver que sí, que podía competir contra los mayores, fue el tercer puesto en el Duatlón de Oviedo Absoluto. En una mañana fría de Febrero me subía al pódium por primera vez en Duatlón. Enrolado en las filas del Triatlón Camargo-Astillero, ese año compartí equipo con Félix Javier Martínez, el mejor triatleta cántabro de la historia, y tuve la suerte de compartir carreras con él. En Suances, una caída suya anticipaba su retirada del mundo del triatlón y me cedía el testigo del liderato Absoluto del Circuito Cántabro de Triatlón. Lucí el dorsal 1 en Comillas (subcampeón regional), San Vicente (quinto) y el Santander (cuarto) pero no pude conservarlo al final de temporada ante el envite de Felipe Santamaría, que se llevó el Circuito por muy poco. Una segunda posición muy esperanzadora y que me hacía soñar con los siguiente años. Pero sin duda, la carrera del año en triatlón fue la victoria absoluta en el Triatlón de Somo. Es muy difícil ganar hasta a las chapas, por lo que hacerlo en el deporte que me había enganchado fue un sueño hecho realidad. Y para rematar un año casi perfecto, el 31 de Diciembre sí que cumplía uno de mis sueños, pero esta vez en atletismo, logrando ser tercero (PODIUM!!) en la carrera de mi ciudad: la San Silvestre de Oviedo.

2014, DANDO EL SALTO A CARRERAS NACIONALES E INTERNACIONALES
Cuarto año haciendo triatlón y tocaba dar un paso más. Enrolado en las filas del equipo que me dio la oportunidad cuando nadie confiaba en mí, el Camargo-Astillero, la de 2014 fue una temporada en la que competí mucho. Corrí todas las carreras del circuito Cántabro de Duatlón, acabando 5º Absoluto, fui a mi primer Cto de España de Duatlón, pescando un bronce en mi grupo de edad al sprint con Sergio Correa. Y tras mucho esfuerzo y sacrificio, conseguí mi primera medalla internacional. En Junio de 2014, en Pontevedra, me proclamé Subcampeón del Mundo de Duatlón Sprint en mi Grupo de Edad de 20-24 años. Un resultado que me hizo una ilusión enorme y me dio fuerza para después ganar el Circuito Cántabro de Triatlón Absoluto, siendo, entre otras cosas, Campeón Regional en Comillas y quitándome la espinita del segundo puesto del año anterior. Además, fui elegido como mejor Triatleta del Año en Cantabria. Los buenos resultados cosechados en duatlón y triatlón hicieron que el equipo de altletismo Selaya-Reparte me abriera de nuevo las puertas del deporte del correr. Llevaba tres temporadas sin federarme en atletismo y volver a hacerlo en el equipo pasiego me hizo tomarme la temporada de millas y de cross con ganas. Así, fui tercero en la milla de Polanco, participé en la Milla Élite de Selaya y competí en todos los crosses de Cantabria, cerrando el año con un 4º puesto en la San Silvestre de Oviedo que me dejó con muy buen sabor de boca.

2015, EL AÑO DE LOS CAMBIOS
Si 2014 fue mi mejor temporada hasta la fecha, lo que me tenía guardado el año 2015 sí que no lo habría imaginado jamás. Empiezo por el último día del año, 31 de Diciembre de 2015, 18:00h de la tarde, Plaza de la Escandalera de Oviedo. Allí, 6000 corredores íbamos a despedir el año corriendo en la carrera más emotiva de cuantas se organizan. Entre ellos estaba una figura desgarbada, chupada hasta el hueso y sin un gramo de grasa. Así me presenté a mi carrera favorita y así cumplí el sueño de ganarla. No puedo describir con palabras lo que significó para mí ganar la San Silvestre de Oviedo, pero, a día de hoy, si me tengo que quedar con un recuerdo en mi vida, elijo ese.
Pero el año 2015 tuvo mucho más y muy bueno. Empezó con un cambio de aires en o que a equipo se refiere. Dejé el Camargo-Astillero para embarcarme en las filas del Bender Triatlón, con mis amigos, mis compañeros de entreno hasta entonces y ahora ya sí, compañeros de equipo. Antes de debutar con los nuevos colores, llegó el premio de ser seleccionado para representar a Cantabria en el Campeonato de España de Cross de Alcobendas. Un regalo que vino gracias a la regularidad que tuve durante toda la temporada de Cross. También gané los 10 km de Oviedo, la Milla Federada de Santander y fui 2º en los 10km de Oviedo-Las Caldas. Éxitos en atletismo que vinieron secundados por el 5º puesto en el Circuito Cántabro de Duatlón y el Subcampeonato de Europa de Duatlón de distancia Olímpica (10-40-5) en mi grupo de edad, en un día climatológicamente infernal en Alcobendas. Seguidamente disputé todos los triatlones de Cantabria en un verano durísimo en el que me tocó luchar, no solo contra el mejor triatleta de la región, Sergio Correa, sino contra su equipo, el Triatlón Santander, que defendieron con uñas y dientes a su líder toda la temporada. Pero gracias los pódiums en todas las carreras en las que participé y a mis victorias en el Regional de Comillas y en la prueba final del Circuito, el Triatlón de Santander, me volví a proclamar Campeón Absoluto del Circuito Cántabro de Triatlón y, por segundo año consecutivo, fui nombrado mejor Triatleta del año en Cantabria.
La temporada de Triatlón había terminado, pero el año no, y el mayor cambio de este 2015 vino en Noviembre, cuando me puse en manos del nutricionista y entrenador Juan Carlos Llamas, quien en menos de dos meses transformó mi cuerpo con una dieta exhaustiva y milimetrada, convirtiéndome en atleta y permitiendo que las Navidades de 2015 queden grabadas en mi memoria como las mejores de mi vida deportiva. Fui 3º en la carrera de Nochebuena de Gijón y en los días posteriores hice triplete en tres San Silvestres: San Juan de la Arena, Mieres y Oviedo. Un punto final de ensueño a una temporada difícil de repetir.


2016, NUEVOS OBJETIVOS Y MOTIVACIONES, CRECIENDO CON LOS MEJORES
Terminó 2015 y tuve que pararme a pensar cómo afrontar la nueva temporada. Tras ganar dos veces el Campeonato Regional y el Circuito Cántabro, y haber hecho pódium en todos los triatlones de la región, la cabeza me pedía un cambio de aires y buscar nuevos objetivos. Por tanto, la temporada la planteé de forma distinta a 2015. Si bien traté de hacer buenos de Crosses al inicio, el desgaste del año anterior y el pico de forma tan brutal que alcancé en Navidad, hicieron que las fuerzas en Enero y Febrero me dieran la espalda y me llevé un pequeño chasco al quedarme fuera de la Selección Cántabra de Cross, el primer objetivo que me había planteado.

 Pero no hay nada que te haga más fuerte que un revés bien dado, así que preparé con ganas la temporada de Duatlón y fruto de ello conseguí ganar el Duatlón de Gijón, ser segundo en Santander, tercero en Polanco y tercero en Torrelavega. Pleno de pódiums en el deporte de las dos disciplinas al que puso la guinda el Oro en el Campeonato de España de Duatlón de Grupos de Edad en Cerdanyola, ganando, no solo en mi grupo sino la carrera completa y el bronce en el Campeonato del Mundo de Duatlón de Avilés. Esta fue sin duda la prueba más emotiva. Correr en casa un Mundial y subir al pódium supuso el culmen a una gran primera mitad del año. Ahora lo valoro mucho más que entonces, porque el Oro lo rocé con la punta de los dedos y se me escapó en el último kilómetro de la carrera a pie.

Una vez cerrada la temporada de duatlones quise meterme en una nueva distancia en Triatlón y debuté, con 6 temporadas ya a mis espaldas, en Medio Ironman (soy joven de edad pero creo que con un bagaje triatlético suficientemente amplio como para dar el salto). La carrera elegida fue el Campeonato de España de Media Distancia, en Valencia. Corrí en Grupos de Edad. Gané la carrera y el oro en mi grupo. Se me hizo durísima y me costó mucho sacarla adelante, pero lo hice, y me enganchó. Me enamoró, más bien. La Media Distancia estaba predestinada a ser mi sitio para los próximos años y en los 1,9 km nadando, 90km de bici sin drafting y, sobre todo, en la media maratón final, veo mucho margen de mejora.

Con el Half de Valencia de Junio cerré la temporada hasta después del verano. Un verano incierto e irregular en cuanto a entrenos, pero con una motivación insuperable: Me iba a Estados Unidos en Agosto a hacer una estancia de doctorado y además iba a competir en territorio americano en el Ironman 70.3 de Santa Cruz de California. Mi primera prueba de la franquicia Ironman y en territorio estadounidense ¿quién da más? Aproveché el mes de Agosto en Santa Cruz para entrenar por el paraíso californiano, y el 11 de Septiembre fue la cita. ¿Qué os voy a decir? 50 profesionales y más de 3000 triatletas de Grupos de Edad, entre los que me encontraba. El único objetivo era disfrutar y acabar más dignamente que en Valencia. Pero a veces, el destino te tiene preparadas muchas sorpresas y ese día llegó una de ellas. Gané a todos los grupos de edad, quedé el 19 de entre los Pros y conseguí un "Slot" para el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3 de 2018, a disputar en la ciudad Americana de Chattanooga (Estado de Tennessee), en Septiembre. ¡Ya está liada! Sin querer ya había planificado la temporada 2017, o al menos, el principal objetivo. Más contento que unas castañuelas volví a Cantabria en Otoño y di por finalizada la parte triatlética. Pero aun quedaba dar guerra en atletismo.

Al gran cambio que supuso ponerme a las órdenes del nutricionista Juan Carlos Llamas, en 2015, se sumó, en Diciembre de 2016, el hecho de empezar a entrenar con la persona que considero que reúne todas las cualidades que un entrenador debe tener: conocimiento, dedicación, experiencia y, sobre todo, amigo, buena persona y apasionado por el deporte. Y es que Ricardo Lanza y su grupo de entrenamiento "Braguía 1147" me acogieron con los brazos abiertos y con ilusión, para cerrar 2016 con pódiums en atletismo como la victoria de la Media Maratón de Kasterlee (Bélgica), en la San Silvestre de San Juan de la Arena (compartida con Ciro), el segundo puesto en la carrera de Las Cebollas Rellenas, y los terceros puestos en las carreras de Los Pimientos Rellenos y la Carrera de Nochebuena de Gijón. El año se cerró con un 5º lugar en una prueba de mucho nivel como fue la de los 8km de Castrillón y con un 6º en la San Silvestre de Oviedo que no me permitió celebrar las uvas con tan buen sabor de boca como en 2015. Pero ¡Qué me quiten lo bailao! El año había salido casi perfecto, y lo mejor de todo es que se habían empezado a forjar los mimbres  de un 2017 que promete y que está a punto de reventar todas las expectativas que me puse antes de empezar.

2017, SALTO A LA MEDIA DISTANCIA
Si en 2016 hice mis primeros pinitos con la Media Distancia, compitiendo en Valencia y en Santa Cruz, en 2017 centré los objetivos importantes del año en este tipo de triatlones. La temporada iba a estar dividida en dos partes: Una primera, hasta Junio, con la Copa de España Élite como "diana", y una segunda parte, hasta Septiembre-Octubre, con el Mundial de Ironman 70.3 en el horizonte.


Pero antes de entrar de lleno en los objetivos el año 2017 volvió a empezar (al igual que 2016) con mal pie. Esta vez una fuerte gripe, seguida de una bronquitis que a punto estuvo de convertirse en neumonía, me tuvo en el dique seco casi todo el mes de Enero. El cuerpo es sabio y este incidente lo interpreté como un aviso que me daba para bajar el pistón, regenerar, y empezar de cero la temporada. Por el Otoño había sido muy exigente, casi había enlazado el 2016 con el 2017 sin descanso y eso se paga.

Me recuperé poco a poco y a las cuatro semanas de haber empezado a entrenar probé suerte en el Duatlón de Astillero. Sorpresa la mía cuando me topé con la victoria en esta carrera. No hay nada mejor que recibir alegrías así cuando uno viene de malos momentos. Esto me hizo motivarme y seguir probando en los duatlones de Cantabria como parte de la puesta a punto de lo gordo del año: La Copa de España de Media Distancia. Pero las sorpresas no se quedaron en Astillero, y es que el año que menos contaba con ello me encontré líder del Circuito Cántabro de Duatlón a falta de una prueba. Cuarto en Galizano, tercero en Santander y, por último, cuarto en Polanco, fueron resultados suficientes para hacerme con un título que no buscaba pero que tampoco tenía en mis vitrinas. Tras 7 temporadas en este deporte gané por fin el Circuito, y sumado a los de Triatlón de los años 2014 y 2015, me permiten cerrar el círculo de pruebas de la región en lo más alto del pódium.


Entretenido con los duatlones, los éxitos no se quedaron solo en la tierra, pues también pude revalidar el título de Campeón de España de Grupos de Edad en distancia Olímpica en Vall de Uixó y ¡POR FIN! sacar un oro internacional, con la victoria de la carrera de Grupos de Edad del Campeonato de Europa de Duatlón disputado en Soria, con unas condiciones climatológicas infernales y un rival, Joanes Guitisolo, que me apretó hasta el último segmento de carrera a pie. En Soria conseguí mi cuarta medalla internacional en Grupos de Edad, tras la plata mundial en Pontevedra 2014, la plata europea en Alcobendas 2015 y el bronce mundial en Avilés 2016. Cuatro de cuatro y con ganas de ir a por la quinta el año que viene.


La carga de competiciones duatléticas hizo que la primavera se me pasara volando y me topara de lleno con la primera prueba de la Copa de España de Triatlón de Media Distancia. Era mi debut en categoría Élite y, este año, mi objetivo era aprender de los mejores e ir adaptándome a la distancia. Pero una cosa es lo que uno piensa y otra lo que sale luego. En Orihuela se encendió una bombilla que ahora brilla más que nunca, y es que entrar en meta 6º ELITE en ese prestigioso triatlón, solo por detrás de Gustavo Rodríguez, Pablo Dapena, Emilio Aguayo, ..... e Ivan Álvarez, fue para mí un toque te atención y me hizo replantearme dichos objetivos. No me esperaba ser tan competitivo en esta distancia, pero ya que estamos... ¿la liamos?


La siguiente cita fue Pamplona, Campeonato de España de la Especialidad. Allí sí que estaban todos y el nivel Elite era altísimo. Salí con la idea de que cada puesto que ganara sería un premio, y así, sin presión, poco a poco, fui escalando posiciones desde el momento en que salí del agua para terminar 8º de España en la carrera más completa que he hecho hasta la fecha. ¡Qué cerquita estaba el pódium! pero no pienso en eso, pienso en que hacer Top 10 en un Cto de España Élite en mi primera participación tiene que suponer un golpe de moral y dejarme claro que en años futuros puedo aspirar a más.

Después de las palizas de Orihuela, Pamplona, y con todos los duatlones que llevaba a mis espaldas, las fuerzas iban muy justas para lo que quedaba de primera mitad de temporada. La siguiente prueba fijada era Valencia 113, sede del Cto de España el año anterior y escenario que me vio debutar en Media Distancia. Pero al salir de Pamplona como tercero del Ranking Nacional de Media Distancia y haber una prueba del circuito, justo el fin de semana antes de Valencia, en la que con solo acabar, podía ponerme líder del mismo, no quise dejar escapar la oportunidad y me inscribí al Half de Madrid (Ecotrimad, en Buitrago de Lozoya). Allí fui con mi compañero Sergio Bolado. La carrera fue un infierno, llovió lo que no está escrito y eso, sumado a los problemas mecánicos que tuve en bici y al hecho de perder el bidón de geles en el kilómetro 10, hizo que el 5º puesto Elite en el que llegué a meta, fuera un regalo totalmente inesperado. En condiciones normales era una carrera para subir al pódium, pero viendo como fue la cosa, me doy con un canto en los dientes con ese quinto puesto y ¡LIDERATO DE LA COPA DE ESPAÑA! Dos compañero de fatigas, Sergio y yo, segundo y primero respectivamente, de una Copa de España Élite a la que le quedaban 3 pruebas y en la que los gallos todavía tenían mucho que decir.

Con ese liderato momentáneo llegué a Valencia una semana después. Me dieron el dorsal 2, detrás de Emilio Aguayo. Todo un lujo para alguien como yo que aún no se cree que pueda estar en la pomada en este tipo de pruebas. Pero Valencia fue otro cantar. Tres medios ironman en un mes e íbamos a por el cuarto. La fuerzas ya brillaban por su ausencia y el cuerpo pedía vacaciones, pero bueno, allí luché he hice lo que pude, salvando un 8º puesto Elite y manteniendo el liderato de la Copa. Me fui de vacaciones con los depósitos bajo mínimos pero con unas ganas enormes de recargarlos para la segunda parte de la temporada: El Mundial Ironman 70.3 en Chattanooga.

PREPARANDO EL MUNDIAL DE IRONMAN 70.3 CON GARMIN FENIX 5
Durante las 11 semanas de preparación del Campeonato del Mundo de Ironman 70.3 estoy contando con la ayuda del que para mí es el mejor reloj multideporte que hay en el mercado: Garmin Fénix 5.

https://www.ciberwatch.es/reloj-garmin-fenix-zafiro-gris-con-correa-metalica-p-15327.html

Con él estoy haciendo todos los entrenamientos que durante estas 11 semanas se estructuran de la siguiente forma:

BLOQUE 1 (4 Semanas): Competición Triatlón de Getxo
BLOQUE 2 (4 Semanas): Competición Triatlón Half Valle de Buelna
BLOQUE 3 (3 Semanas): Ironman 70.3 World Championchisps

Entre las ventajas que le veo al reloj, tras varias semanas de uso destacaría las siguientes:
   - Sensor de pulso en la muñeca que funciona perfectamente (comprobado con cinta)
   - Monitorización completa del pulso 24h y estimación clavada de gasto calórico.
   - Duración de batería de 7 días con uso diario 24h y entre 15 y 20 horas de entrenamiento
   - Valoración del efecto de cada entrenamiento sobre tu estado de forma
   - Sincronización con el móvil que permite tenerlo en silencio y enterarse de cuando te llaman

He realizado todo tipo de entrenamientos y he competido en un triatlón (Getxo) desde entonces, con muy buenos resultados en cuanto a prestaciones del reloj. Aquí dejo constancia de algunos de ellos.









… y que dure…

1 comentario:

  1. Este chico es un "super clase". Hay gente que tiene un don para algunos deportes que requieren técnica, porque son hábiles, ágiles y coordinados... hay gente que tiene un don para los deportes menos técnicos y más físicos, porque sus cualidades físicas les acompañan; pero hay muy poca gente que como Pelayin, que tiene los dos dones!!
    El triatlón es más físico que técnico, pero que una persona que no ha nadado hasta los 21 años nade así es sorprendente, casi tanto como que alguien que no ha corrido ni montado en bici hasta los 20 esté en podiums y puestos de honor solo dos años después.
    Dale duro Pelayin y a seguir mejorando!!

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