sábado, 8 de agosto de 2015

TRIATLÓN SUR DE CANTABRIA: "uno contra todos y todos contra uno"

Tras el parón triatlético después de la prueba de Laredo, retomamos la actividad con la carrera del pantano del Ebro. El triatlón Sur de Cantabria, alias, "el itinerante", nos dejaba de nuevo la incógnita de cuáles serían las distancias y los circuitos a recorrer. Cada año cambia de lugar este triatlón. El pasado año se disputó entre Horna y Matamorosa, y este año tenía previsto hacerse en Las Rozas de Valdearroyo.

Las ediciones anteriores de esta carrera no se me habían dado mal del todo, pese a ser un triatlón con drafting, más propicio para nadadores. En 2012 supuso mi reaparición tras la operación de fístula un mes antes, en 2013 fui cuarto, compartiendo bici con Felix Javier Martínez y en 2014 fui segundo, tras Sergio Correa, siendo este mi primer pódium en una carrera del Circuito Cántabro de Triatlón.
Este año la situación se planteaba complicada, a la vista de las posibles estrategias de equipo del Santander para proteger a su líder, Sergio Correa. La sensación que tenía antes de salir era de que la carrera sería un calco a lo que fue el Triatlón de San Vicente, donde me tocó bregar en bici, rodeado de gente del Santander y del Buelna y donde me bajé a correr bastante tostado pero conseguí un 2º puesto casi milagroso. Precisamente, antes de la carrera comentaba con Edu lo que iba a pasar: que seguramente me iba a tocar tirar en bici como un animal... no me hace falta ser adivino para predecirlo.

Sorpresa a nuestro compañero Oscar Delgado en el Ironman de Vitoria, el día siguiente a Alto Ebro

En la calurosa tarde de verano castellano fuimos metiendo el material en boxes. El pantano está movidito y el viento levanta olas que resultarán incómodas para nadar. Me enfundo la parte de abajo del neopreno y cuando me dispongo a ir al agua nos dan la noticia de que la natación será sin neopreno por estar el agua a 24 grados. ¡A tomar pol c....! Si ya tenía pocas opciones de hacer algo, al quitarme el neopreno es como si me pusieran plomos en los tobillos. Además, la gran cantidad de nadadores allí presentes hacían prever que se formaría un grupo numeroso en cabeza, suficiente para darse relevos en bici y que me fuera imposible enlazar, pero bueno, no vendamos la piel del oso antes de cazarla.

De camino al agua bromeo con Sergio Correa, "¡menuda sonrisa se te ha puesto al saber que es sin neopreno ¿eh gandul?" jajaja. Nos deseamos suerte y nos metemos en el agua. Efectivamente, está caliente, pero la espera hasta la salida se nos hace eterna y empezamos a tiritar de frío. Me encuentro en primera fila, junto a Sergio, Mendiola, Edu, Ruma, Esteban, Min, Cazorla... entre otros. Vamos ganando metros sigilosamente, esperando por una salida a la cántabra, y así fue, porque ni sin oir la bocina ya me encontraba dando brazadas en la vorágine de brazos y piernas que se acababa de montar.

La sensación de ir sin traje me agobia bastante. Al no flotarme bien las piernas parece que voy con el ancla echado. Tras unos primeros metros de locura, en los que no veía nada entre olas, brazos y espuma, llegué a la primera boya y por fin pude situarme. Demasiado retrasado y demasiados gorros azules había por delante. Me puse las pilas en el segundo largo y llegué hasta la altura de Peláez. Esta vez fui capaz de reconocer a alguien en el agua. Nadamos en paralelo y poco a poco íbamos recortando tiempo al grupito de delante. Tras girar en la última boya y encarar la alfombra roja, dejé un poco por detrás a Pela y contacté con la cola del grupo precedente. Tras levantarme, no sin dificultad, sobre la alfombra roja, vi que Íñigo era quien había salido conmigo del agua. No está mal, pero la clave para saber las posibilidades que tendría de victoria o de pódium pasaban por conocer la configuración de los grupos de bici que me precedían.

Alfombra roja... ni en Hollywood

Tras una de las mejores transiciones que recuerdo, me subo a la bici y, sin pensármelo, empiezo a darle zapatilla a muerte. Voy en el puesto 13 y toca remontar. En el primer kilómetro avisto a un grupito de 3 donde van Emilio (Buelna), Romayor (Santander) y Edu (Basque Tribe) y les cojo rápidamente. No espero ayudas ni relevos y sigo tirando, ahora acompañado por estos tres triatletas. El circuito de ida y vuelta y prácticamente llano y con viento lateral, favorecía la posibilidad de hacer drafting. En el kilómetro 5 doy caza a Ander y se une al grupo. Un intento de relevo de Edu, que no va fino, y un par de ellos de Ánder, me sirven para coger algo de aire y seguir tirando con fuerzas. Antes de llegar al giro veo por delante un grupo más numeroso, con mucho azul y amarillo de Santander y Buelna. Esto me ayuda a motivarme y tiro a muerte a por ellos. En plena persecución nos cruzamos con el trío de cabeza, donde van Sergio Correa, Marcos Mendiola y Dani García. Se me iluminan los ojos al ver que son solo tres, pues de haberse formado un grupo más numeroso por delante mis opciones de pillarles en bici, yo solo, eran imposibles.

Tras girar en la glorieta me pego el calentón del siglo y contacto con la grupeta que integraban, Esteban Cerro, Guillermo Ruiz, Iván Cazorla y Javier Rumayor. Ya estamos casi todos. Aún quedan 9 kilómetros y analizo la carrera: por delante van dos del Santander y uno del Buelna, y en el grupo perseguidor donde ahora estoy van tres del Santander y cuatro del Buelna ¡No puede ser más evidente el hecho de que me va a tocar a mí mover ficha! Un minuto de descanso a cola de grupo fue suficiente para volver a encender la bombilla y arrancar el motor. Y sin cortarme me hice los 8 kilómetros restantes tirando yo solito de este numeroso grupo, con el desgaste que ello supone, pero con la única ambición de querer ganar la carrera. Sigo planteándome si en el Triatlón Cántabro la gente quiere o no ganar ¿a qué vamos a las carreras? Sinceramente me entristece, a veces, la falta de ambición de algunos triatletas. De haber colaborado todos en el grupo, posiblemente nos hubiéramos bajado a correr con los tres primeros y todos hubieran tenido opciones de pódium... peeeero, lo que sucedió es que me tuve que comer yo solo los 8 kilómetros restantes, y bastante hice con evitar que el trío cabecero no nos metiera más tiempo.

¿qué toca remontar oh?


Y como era de pensar, en el último kilómetro me atacan mis compañeros y, con las patas saturadas como las llevaba, me es imposible disputar una buena posición al bajarme de la bici, por lo que soy el último de mi grupo en llegar a boxes...



Afortunadamente consigo hacer un buen cambio y salgo de la transición en el puesto 9 tras Esteban, Ruma, Ander y Cueto, y a la par que Romayor. Me cuesta horrores avanzar los primeros 500 metros y el pódium lo tengo a minuto y medio. Ninguno de nosotros conoce el circuito a pie, es una incógnita, y a mí eso me gusta. Durante esos primero metros agónicos se me pasa por la cabeza algo que me hace espabilar y correr de verdad: "no es justo, después del desgaste de la bici, que alguno de tus compañeros de grupeta te gane". Y tirando de orgullo y de cojones, más que de fuerzas, cambié la zancada y los pasé a todos, en un intento suicida de ir a por los tres primeros, que estaban a años luz.
Las malas sensaciones desaparecieron del todo cuando me cruzo con Sergio Correa, que va primero, y me doy cuenta de que apenas me saca un minuto. Acto seguido me cruzo con Mendiola y Dani. Los tengo a 25 segundos en el giro, así que me caliento y antes de acabar la primera vuelta los adelanto y me coloco segundo. No quiero que la carrera se termine ahí, así que comienzo la última vuelta a 40 segundos de Correa y con ganas de ponérselo difícil, pero el cuerpo dijo basta, la gasolina estaba terminándose y el sobre esfuerzo en la bici y en lo que llevaba de carrera a pie me hicieron recular y tener que conformarme con mantener a raya a los que me perseguían. Con el segundo puesto asegurado y el primero inalcanzable, me tomé el último kilómetro con respiro, entrando en meta en el puesto al que estoy abonado esta temporada, segundo, pero con la misma sensación de orgullo que en San Vicente.


Bender Triatlón de nuevo en el tercer cajón del pódium. No nos quitan de ahí ni rascando jejeje
 Lo di todo y llegué hasta donde llegué, por lo que no me puedo exigir ni un ápice más. Van dos carreras con dráfting y en ambas la historia se ha repetido, dos equipos controlándome para que no llegase yo al grupo de cabeza. El que lo vea desde fuera podrá pensar: "otra vez segundo, sin más" pero sinceramente, le doy mucho más mérito a este segundo puesto, que a mis resultados en carreras con drafting o a las dos victorias que tengo en triatlón.

El Circuito Caja Cantabria queda prácticamente sentenciado para Sergio, que incontestablemente y al margen del equipo que tiene arropándole por detrás, se está ganando las carreras con mucho curro y total merecimiento, por lo que sigo quitándome el sombrero ante el temporadón que está haciendo y me siento un privilegiado de poder estar luchando mano a mano con él. Estas cosas son las que molan de este deporte :)


¡Saludos y nos vemos en la próxima!