domingo, 12 de abril de 2015

CTO DE ESPAÑA DE DUATLÓN POR GRUPOS DE EDAD: Ya pasó el día tonto del año...

Volvía, un año después, a disputar el campeonato de España de Duatlón, que cambiaba el escenario avilesino por Soria. Para allí nos fuimos Vanesa y yo, con la idea de pasar un fin de semana diferente y divertido.

Al contrario de lo que sucediera en Avilés en 2014, donde desde un principio me inscribí en Grupos de Edad, en Soria lo hice en categoría Elite. Tenía ganas de medir mi estado de forma con los mejores del país. Sin embargo, al no haber podido correr ningún clasificatorio, no estaba en la lista de salida oficial, siendo el octavo de la lista de espera. El viaje a Soria lo hicimos, por tanto, con la incógnita de saber si podría correr en Elite el Sábado, o tendría que hacerlo en Grupos de Edad el Domingo. La obligatoriedad de asistir a la reunión técnica de Elite, me daba alguna esperanza de que hubiese bajas de última hora y pudiese tomar la salida con los gallos. Finalmente no fue así, y tanto Fernando García Aja como yo nos quedamos fuera de la carrera "Top" nacional.

Cambio de chip por completo. Tocaba correr en el Grupo de Edad 25-30 del día siguiente, así que aprovechamos la tarde del Sábado para ver correr a los Élite y animar a amigos y conocidos como Inma Pereiro, Sergio Correa, Dani Bayón, Oscar Buján o Mario Arias. Tras ponerme los dientes largos viéndolos, salí con Vanesa a trotar por el céntrico parque soriano de "La Dehesa" (así lo llaman, aunque si verdadero nombre es otro). Aunque mi estado de forma era bueno, la semana previa no lo había sido tanto. Me había aparecido un dolor en la planta del pie que no me permitió entrenar bien la carrera y, además, a razón de este dolor debí de cambiar la pisada o algo y me salió una ampolla en el lateral exterior del pie izquierdo que hacía de cada paso que daba una tortura. Los recuerdos de la ampolla de la San Silvestre de Oviedo volvieron a mi mente. Para rematar la semana, un resfriado me estaba haciendo echar mocos como una máquina.



A las 11 de la noche nos fuimos a dormir. La carrera era a las 9:00 am y el madrugón para desayunar iba a ser importante. Dormí bastante bien... demasiado, porque no oí el despertador y desperté una hora y media más tarde de lo que tenía previsto. ¡Esto sí que es un problema! porque yo necesito mis 5 horas para hacer la digestión, y con 3 y media aún tengo la papilla en la boca, por lo que tuve que desayunar muy poco. El día empezó torcido, pero la ilusión y las ganas por competir seguían intactas. A las 8 am metí la bici en boxes. Las mañanas en Soria son frías frías, pero el cielo estaba despejado y tenía pinta de que a medio día apretaría el calor.

Dan las 9 de la mañana y a los Grupos de Edad entre 20 y 29 años nos dirigimos a la cámara de llamadas. Saldremos 3 minutos detrás de las chicas, decisión que sigo sin entender, pues al final vamos a pasar a todas o a casi todas y nos va a perjudicar a ellas y a nosotros... en fin. A las 9:05h tomamos posición. Por delante 5 km a pie dando dos vueltas a un circuito por el parque de La Dehesa con dos idas en subida y dos venidas en bajada. La bici seria a dos vueltas en un circuito rompepiernas de 10 km por vuelta, y la última carrera a pie 2,5km dando una vuelta igual que las del primer sector.



Todos en sus puestos, suena el bocinazo y más de 100 duatletas nos lanzamos a por las medallas en los dos grupos de edad que salíamos simultáneamente (20-24 y 25-29). Los primeros 300 metros se hacen por un laberinto de cuerdas muy estrecho, para luego entrar al parque y dar las dos vueltas. El inicio fue tremendamente rápido. De hecho, casi me pasaban por encima. Entré en el parque en el medio del pelotón, no quería calentarme desde el principio porque viendo a algunos élite me di cuenta de lo que eso se iba a pagar en este circuito a pie tan traicionero. Tardé un kilómetro en estabilizar mi posición y pasar de ser adelantado a adelantar.



 Comencé a pasar gente, pero algo raro sucedía. Las piernas iban bien pero de caja iba horrible. No era capaz de respirar y me daba la sensación de que me ahogaba en cada metro. A duras penas pude coger la estela del mayor de los hermanos Raso (vigente campeón de España del grupo 25-29). Sabía que la clave iba a estar en llegar con él a la bici. Su nivel a pie es muy parecido al mío, pero ambos estamos lejos de los 15 galgos de nuestro grupo de edad que nos precedían cuando llegamos a la primera transición. 



Entro exhausto a boxes y me paso unos metros el lugar donde tengo la bici. Rectifico, me pongo el casco, me subo, levanto la cabeza y veo que Raso me saca 50 metros. ¡MIERDA!¡No se me puede escapar! Estaba tan seguro de que ese duatleta era el tren que me llevaría a recortar los 25 segundos perdidos con la cabeza de carrera en el primer sector, que me pegué uno de los mayores calentones que recuerdo para alcanzarle. Tanto que, cuando contacté con él, los dos ya habíamos recortado esos 25 segundos y nos encontrábamos en el grupo de cabeza. Apenas habían transcurrido 2 kilómetros de bici y las piernas me ardían. Aproveché el grupito para abrocharme las zapatillas y coger aire. ¿habría merecido la pena ese calentón? Sin duda sí.



Durante la ida fuimos cómodos en un grupo numeroso de unas 30 unidades, donde al menos 15 eran de mi grupo de edad. En el giro de 180 grados para volver hubo una amago de ataque que se quedó en eso, en amago. Pero en la última subida antes de coronar para empezar la segunda vuelta, Raso lanzó un ataque al que solo su hermano y yo pudimos responder, llegando a abrir un pequeño hueco con el grupo donde íbamos. Las sensaciones en bici estaban siendo increíbles y pensar que la fuga podría llegar a buen puerto me motivaba más aún. Primero y segundo, Raso y yo pasamos la primera de las dos vueltas, aunque en el grupo trasero poco tardaron en reaccionar y un kilómetro más tarde neutralizaron la escapada. No suelo ser de los que ataca en bici ni de los que responde, porque los calentones no me gustan, pero esta vez me sentí competitivo sobre las dos ruedas y capaz de hacer algo que nunca había hecho: escaparme, aunque finalmente la fuga no cuajó y el pelotón de 30 unidades volvió a juntarse para realizar todos juntos y sin sobresaltos la segunda vuelta.



El tramo final del sector ciclista consistía en una bajada que desembocaba en una zona de adoquines peligrosísima, con tres tachuelas que, en vez de tachuelas, tenían más pinta de bordillos. Entré con miedo en el adoquinado y casi salgo volando en el primer bordillo ¡qué locura! Intento descalzarme pero se me atasca la zapatilla y me encuentro con el segundo bordillo que termina de rematarme: se me dobla el manillar, se me cae hacia abajo el sillín y se me sale la cadena. El leñazo lo libré de misericordia, pero al quedarme sin cadena, no pude dar pedales los últimos 200 metros y llegué a la línea de desmontaje el último del grupo y habiendo perdido la carrera prácticamente.



Con 2,5 km por delante poco había que hacer. Me cambio rápido y arranco, pero las malas sensaciones a pie vuelven y los calambres hacen acto de presencia, así que me tomo con calma la primera subida por el parque. Me cruzo con mis compañeros y cuento... voy noveno o décimo y lejos del pódium. Sin duda, la mala suerte al final de la bici me había dejado muy tocado.



 A falta de 1,5 km empecé a coger ritmo de nuevo y a remontar posiciones. Los ánimos de Vanesa y Dani Bayón me sirvieron para no tirar la toalla y luchar por una posición digna. Adelanto a Raso, que veo que va fundido, y a alguno más. Entro séptimo en las últimas curvas y, en un gesto de rabia, esprinto como si me fuera la vida en ello y gano, sobre la línea de meta, dos posiciones más, siendo quinto de mi grupo de edad, que me sabe a poco y me deja un regustillo un poco amargo. Subcampeón de España entra mi amigo Alberto Romero, que del año pasado a este ha demostrado su mejoría a pie, sorprendiéndome con su carrerón.




Y así ha sido mi segundo campeonato de España. No pude revalidar el bronce del año pasado pero creo que le he sacado el mayor rendimiento a mi día más tondo, y me quedo con eso, haber sido competitivo y haber, casi, luchado por el pódium en un día que no fue el mío.

Y antes de cerrar esta crónica no me quiero olvidar de felicitar a Sergio Santiago y a Fernando García Aja, vencedores en sus respectivos grupos y siendo, este último, además ganador absoluto de la prueba denominada " Distancia Corta" (10-40-5)



Con esto y unos torreznos en la barriga, termina mi fin de semana en Soria, donde se respiró ambiente deportivo y el buen tiempo nos dejó disfrutar de la ciudad que, por cierto, me encantó. Ahora a recuperar los pies para el Campeonato Regional de Polanco, el próximo fin de semana, y a ponerme a punto para el Campeonato de Europa de Duatlón de Alcobendas.


Saludos y buena semana a todos. 

lunes, 6 de abril de 2015

DUATLÓN DE SANTANDER 2015: Faltó la guinda del pastel

El duatlón de Santander suponía la vuelta a esta modalidad tras un mes en el que el atletismo fue el protagonista de mis fines de semana: Media Maratón de París, Cto de España de Cross y 10 km Ciudad de Oviedo. Santander es la carrera en la que debuté en 2011 y en la que nunca había acabado contento. El últimos sector a pie alrededor del campo de fútbol del Sardinero se me solía atragantar bastante, por lo que 2015 era una buena oportunidad para resarcirme.



Como me suele pasar últimamente, las buenas sensaciones entrenando me acompañaron la semana previa. Buenos entrenos de bici con Josema y a pie con Adri, mis dos liebres esta temporada y a las que tengo que agradece, en parte, mi actual estado de forma.

A las 16:30h del Sábado aparqué en las inmediaciones del Sardinero en una tarde primaveral, de la que no solemos disfrutar en Cantabria. Recogimos el dorsal y conversamos con unos y con otros. El Bénder triatlón formaba en esta ocasión con Pablo, Josema, Iván, Gonzalo, Jose Benaite y Soba. La baja de última hora de Marcos suponía tener que dar aún más de nosotros mismos para conseguir el gran objetivo de meternos en un podium por equipos.

Se fue acercando la hora de la salida y tras un breve calentamiento ratifiqué mis buenas sensaciones. También aproveché para estudiar a los rivales y prever distintas situaciones de carrera, aunque luego la cosa sería bien distinta a como yo me imaginaba. Mis predicciones pasaban por Pepín Fuentes-Pila y Sergio Correa yéndose solos en la primera carrera a pie y entendiéndose en bici. Yo contaba con quedarme por detrás con Manu Vega, Sergio Santiago y esperaba ser cazado en bici por el grupo de Lastra, Toñín, Aja, Mendiguchía, Víctor Carrera (que reaparecía por tierras cántabras).... ¡Madre mía, qué de gallos y qué bonita y reñida se planteaba la carrera!



Formamos en línea de salida un pelotón de 150 unidades y tras el pistoletazo de Fede nos pusimos en marcha, quizás demasiado rápido. Como suele ser habitual, me quedo un poco rezagado los primeros metros, pero eso me sirve para evitar que el ácido láctico se me suba a las orejas. Paso la primera rotonda en mitad de la muchedumbre, pero con el ojo puesto en los de cabeza para vigilar sus movimientos. Encaramos la primera subida por la S-20 y poco tardo en encontrar mi sitio a la estela de Sergio Santiago. Como me esperaba, Pepín salió fuerte y se fue desde el principio en solitario, pero Sergio Correa no salió a por él y eso hizo a Pepín pensarse dos veces si de verdad le convenía quemarse en la primera carrera o ir guardando fuerzas y coger la bici con nosotros.



La primera sorpresa llegó cuando en vez de dar la vuelta en el sitio de siempre, nos llevan hasta el final de la primera recta de la S-20... Modificación de circuito que me pilla un poco desubicado y me hace preguntarme si realmente serían 5km de carrera a pie o alguno más. No importa, hay que sufrir y "p´alante". Al pasar la primera vuelta me veo cerrando el grupo de cabeza con Pepín, Sergio, Manu y Broch. Vamos muy rápido, por debajo de 3:10 el km, pero miro para atrás y la distancia con los perseguidores es demasiado grande como para dejar escapar este tren, que tenía pinta de ser el tren ganador. Así que, tirando más de cojones que de fuerzas, aguanto como puedo la segunda vuelta, soñando con coger la bici de una maldita vez. ¡QUÉ AGONÍA! No recuerdo haberme exprimido tanto en un primer sector como este. Y cuando me las prometía felices porque el reloj marcaba que habíamos hecho ya 5 km.. ¡REGALITO! Nos meten por detrás del Sardinero y la agonía se prolonga casi un kilómetro y medio más. Menos mal que de antemano no sabía que este sector se iba a alargar 1,3 km, porque si no, me hubiese costado mucho mantener la cabeza concentrada y aguantar el ritmo de mis compañeros.



Por fin boxes... Llego exhausto y me cuesta hasta abrochar el caso. Lo consigo en un tiempo razonable pero salgo el último de boxes de los 5 que formábamos el grupo de cabeza. Me pego un buen calentón los primeros metros y enlazo rápidamente con ellos. Y aquí viene uno de los mejores momentos que recuerdo desde que estoy en este deporte: sin necesidad de decirnos ni una sola palabra nos pusimos los 5 a darnos relevos como animales. Sabedores de que en nuestras manos estaba jugarnos en triunfo entre nosotros, la colaboración por parte de los 5 fue IM-PE-CA-BLE. Por detrás venían verdaderos especialistas sobre la bici y nosotros, con un perfil más de "atleta" que de ciclista, nos supimos defender como gato panza arriba.



Además, un detalle que no quiero pasar por alto y que creo que da fe de que íbamos todos con la idea de colaborar, fue cuando Sergio Correa se confunde en el giro de la primera vuelta y lo hace unos metros más lejos de donde debería ser, perdiendo el grupo. Sin embargo, decidimos todos, por unanimidad, esperarle y dejarle enlazar nuevamente para seguir tirando los 5 juntos.



 Tras completar la primera de las cuatro vueltas en bici nos dicen que sacamos un minuto a nuestros perseguidores. Esto nos da mucha confianza, pero, sin relajarnos, seguimos pasando el relevo uno a uno. Relevos cortos pero constantes. Y sin más sobresaltos pasan las vueltas dos y tres, donde el hueco con los de atrás se va ya al minuto y medio. Cuando por fin enfilamos la vuelta hacia boxes para hacer el cambio a la carrera a pie, somos conscientes de que la victoria nos la vamos a jugar entre nosotros 5.. ¡Menudos galgos!, pienso. Va a estar bonito el duelo final. Como la ventaja que llevábamos a los de detrás era bastante amplia, la última vuelta la hicimos más relajados, pero seguíamos pasándonos el relevo, sin hostilidades... hasta que Sergio Correa, el más listo de la clase, mientras yo me estaba dando mi último relevo aprovechó para atacar desde atrás y pillarme sin fuerzas para responder. Maniobra inteligente y ganadora.



Sergio se fue unos metros, Manu intentó cerrar el hueco y yo, que venía de dar el relevo, llegué a boxes demasiado caliente y me bajé de la bici el último del grupo. Corro por la transición, llego a mi sitio y mientras me estoy calzando veo que Manu y los dos Sergios ya están corriendo ¡Vamos Pelayín!





Salgo de boxes justo delante de Pepín, que me sigue los primeros 300 metros y después de adelanta, pero con un ritmo similar al mío. "Tengo que pegarme a él, tengo que pegarme a él", era el único pensamiento que pasaba por mi mente en ese instante. Los 2,3 kilómetros finales no dan para mucho, pero esta vez la tortilla estaba a punto de darse la vuelta. A la estela de Pepín adelantamos, en la primera vuelta, a Broch y a Sergio Correa, que había tenido una equivocación al salir de boxes que le hizo perder unos segundos valiosos. 




Empezamos la última vuelta de 1,15 kilómetros y voy tercero. Manu Vega lidera la carrera, pero Pepín y yo nos estamos acercando. Se me despega un poco el galgo del Buelna, con un cambio de ritmo lejano al que intento responder. Agonizo, ¡que se acabe yaaaaa! Voy con todo, siento los ánimos de la gente, de mi madre, mi novia, mis amigos... saco fuerza de donde no la hay y a falta de 500 metros cambio y adelanto a Manu Vega. 



Voy segundo y le voy comiendo terreno a Pepín. No me creo estar disputándole a pie una carrera a alguien como él. Voy con todo, último giro, Pepín está cada vez más cerca pero no lo suficiente, y se hace con la victoria, entrando yo segundo, Manu Vega tercero y detrás, Sergio Correa y Sergio Santiago (cuarto y quinto)





Bufff ¡qué carrerón hemos hecho los cinco, y qué contento estoy con mi carrera! Sin duda el duatlón más completo que he hecho desde el Mundial de Pontevedra, al que solo le faltó la guinda. Pero como le dije a mis compañeros de fuga, podría haber ganado cualquiera, y, aunque hubiese quedado el quinto, habría estado igual de satisfecho por la carrera.

La gente puede acusarme de "conservador", y es cierto, soy una persona muy fría a la que le gusta leer las carreras e intentar plantearlas tácticamente para que el resultado final sea el mejor posible. Esta vez, en Santander, las estrategias que había previsto no tuvieron nada que ver con lo que fue, y tengo la sensación de haber dado el 100% de mí mismo durante la hora de carrera, de principio a fin, por lo que estoy más que satisfecho con ello. Si no gané fue porque Pepín estuvo intratable en el último sector, porque yo lo di todo.

Como siempre, esto no sería posible sin todas esas personas que me sufren día a día y a quienes debo cada resultado que consiga. También mis colaboradores de este año tienen parte de culpa de que las cosas salgan bien.




Muchas gracias a Sscar por hacer unas ruedas ESPECTACULARES. Cada día que las uso estoy convencido de que no hay ruedas mejores en el mercado y, encima, a un precio tan competitivo. Gracias  "Me gusta la naranja" por darme el soporte de Vitamina C diario. A 3Action, por facilitarme la recuperación con sus productos y a Trueba y a Catlike, por dejarme el mejor material de ciclismo. Todos formáis parte de este equipo.

Y antes de terminar no me quiero dejar en el tintero el cuarto puesto por equipos (de 14) del Bender Triatlón. El mejor resultado en la historia del club y que, espero, sea un presagio de futuros pódiums. Aunque lo que nos hace falta es meter un poquito de agua al asunto para tener más opciones.



Próxima parada: SORIA. Campeonato de España de Duatlón!!!


Fotos cortesía de Vanesa, Cristina Ruíz, Fran Saiz, Martín Ramos, Aitor Antón, Berta y Chuchi ¡qué equipazo de fotógrafos!