martes, 30 de septiembre de 2014

I Triatlón de los históricos de Santander

Cuando surge la posibilidad de competir por los lugares donde normalmente entrenas, siempre afrontas esa carrera con más ilusión que otras.

Hace un par de meses le dieron las riendas de la organización del Campeonato de España de Clubs a Pablo Gutiérrez. Los ingredientes eran los mejores: circuitos espectaculares por los lugares más emblemáticos de Santander, muchos de los mejores triatletas del país presentes en la cita, ambiente triatlético increible y en paralelo al campeonato de España, una prueba individual con el sobrenombre de "Triatlón de los históricos" en la que se quería mezclar pasado, presente y futuro de nuestro triatlón. Un homenaje a los pioneros de nuestro deporte que en 1986 se lanzaban al agua en el Sardinero para hacer 1200 metros de natación, 60 kms de ciclismo y 20 kms de carrera a pie (Eduardo No, Carlos Santamaría, Javier Berasategui, Antonio Alix...). Ahora solo faltaba cocinar bien esos ingredientes para que Santander respirara triatlón durante todo el fin de semana.



Con los deberes prácticamente hechos esta temporada, participar en el triatlón de Pablo me hacía especial ilusión. Invité a Luis, un nuevo adicto a este deporte, a pasar el fin de semana en Santander y competir en el triatlón de los históricos. El sábado por la tarde nos dirigimos al muelle de Gamazo, rehabilitado para el mundial de vela. Estaban compitiendo en ese momento los clubes femeninos de Promoción, entre los que estaba, por primera vez en un Campeonato de España de clubs, un equipo cántabro, y como no, tenía que ser el Camargo-Astillero ¡Enhorabuena chicas!

Dejamos todo en boxes mientras veíamos correr a la Promoción masculina; prueba en la que el Triatlón Santander se batía el cobre para intentar subir de categoría. Hecho que a la postre logró, venciendo por escuadras y ascendiendo a segunda división ¡Enhorabuena para vosotros también!

Unas brazadas de calentamiento en la playa de Peligros y directos a la salida. Casi 200 triatletas, de nivel incierto, esperábamos ansiosos tras la línea marcada en el suelo. Segundos de mucha tensión hasta que por fin dan la salida. Esta vez el giro de boyas era a derechas y la primera boya estaba demasiado cerca como para ir por el exterior, como suelo hacer para evitar golpes. Así que me coloqué en medio y salí con todo al principio ¡ERROR! En esos 200 metros hasta la boya recibí más ostias que en toda mi vida. ¡Pero qué es esto! 



Me tiraron las gafas, me agarraron de las piernas, me pasaron por encima... Decidí pararme porque me estaba agobiando demasiado. Coloqué las gafas y nadé despacio hasta la primera boya. Iba muy muy atrás en el grupo, pero en el recto eterno hasta la rampa de Gamazo (600 metros), con ligera corriente en contra,  pude remontar muchos puestos. No sé exactamente cuántos, pero me exprimí al máximo y toqué tierra en 11ª posición, justo con Emilio Alonso, del Buelna, y escoltado por Oscar Delgado (Bender Triatlón). Pese a haber tenido la sensación de hacer la peor natación de mi vida, no fue tan mala como pensaba, logrando llegar a boxes con los de siempre.



La transición fue una locura. La inmensa explanada y la ingente cantidad de bicis me obligaron a concentrarme al máximo para encontrar rápido mi flaca. Por suerte fui directo a ella y me subí a la par que Emilio y Cifrian.

¡Empieza el espectáculo! Tres vueltas por Reina Victoria, Magdalena y Palacio de Festivales, con rampas cortas y duras y ni un solo metro llano. Al salir mareado del agua por los golpes y por haberme bebido medio Cantábrico en los primeros metros, me costó casi media vuelta coger el ritmo, así que al principio fui recuperando detrás de Emilio y otro corredor, al que se le salió la cadena al inicio de subida a la Magdalena. Nos quedamos solos Emilio y yo, miramos hacia atrás y vemos que el grupo numeroso de Fernando Román y Edu viene a un minuto, así que no merece la pena esperar. 



Me pongo a tirar con todo lo que tengo, que es poco. Emilio colabora muy bien y en la segunda vuelta damos caza a dos rivales que se nos ponen a rueda nada más pasarlos. Sigo tirando, no me importa desgastarme porque quiero ir a por los de delante, aunque me siento incómodo con los dos nuevos inquilinos a rueda. Intento soltarlos pero no soy capaz, así que a ritmo y con ellos pegados. En la última subida a la Magdalena a Emilio se le sale la cadena y me quedo solo con los otros dos. El grupo de Román no me pilla y consigo llegar a boxes después de bregar como un jabato toda la bici. Aún así, demasiado lejos de los primeros. 



Me bajo de  la bici y uno de mis compañeros de viaje me adelanta como un rayo en los primeros metros... ¡Ya caerás! jeje. Empiezo a correr sin saber el puesto ni las distancias, pero intuyo que voy lejos del podium, muy muy lejos. De  hecho, oigo a Pablo que me grita..."¡A dos minutos!...¡Del quinto!" Joooooder, que cabronazo. Esos ánimos me hundieron un poco... Si el quinto estaba a 2 min ¿a cuánto estaban los tres primeros? Me olvidé del puesto y me dediqué a correr, aunque en ese momento iba noveno, no me importaba. A ritmo exigente fui pasando corredores. Primero cayó el que había ido tapadito en bici y luego me pasó como un rayo. Y más adelante, como un cuentagotas, fueron cayendo los otros.  Como eran tres vueltas, al iniciar la segunda ya empieza uno a encontrarse doblados y es complicado saber en qué puesto vas. Me dediqué a correr y pasar gente y gente y gente. Espoleado por mis compañeros de atletismo y gran parte del público que me conocían, encaré la recta de meta con la incógnita del puesto... Pregunto al público a 50 metros de meta que cómo voy y me dicen que cuarto ¡Mierdaaaa!  ¡Qué pena, qué rabia! Un cuarto puesto muy sufrido y luchado, pero es un cuarto puesto, a las puertas de podium y, aunque no haya dado todo, te deja con la espinita clavada. Eso sí, mejor parcial a pie corriendo a poco más de 3;15 los 4200 metros finales, no está nada mal.



Esperé a que llegara Luis, que lo hizo en un meritorio 75ª puesto. Además pudimos coincidir en carrera, ya que le superé justo antes de entrar en meta.
Y con un nuevo triatlón en la mochila y un montón de buenas anécdotas y experiencias pongo casi el cierre a una temporada en la que me lo estoy pasando pipa.

La próxima parada será el Triatlón de Santander, el domingo día 5 en el Sardinero. Última prueba del Circuito Caja Cantabria de Triatlón, a la que llego como líder pero, al contrario que el año pasado, con más opciones de ganar el Circuito que aquella vez. Tampoco le he querido dar mucho bombo este año, porque tras el accidente de Sergio Correa, me vi inesperadamente de líder. Sin duda, Sergio habría sido el justo vencedor esta temporada y no me alegra tanto, si gano, hacerlo de esta forma. Así que espero que esté ya recuperado y poder jugárnoslo nosotros dos donde tiene que ser, en carrera.  Si no es así, no tengo la duda de que en el futuro vamos a tener muchas oportunidades para competir juntos en una lucha más justa.

Muchas gracias a todos los fotógrafos que voluntariamente nos dejáis recuerdos increíbles de cada carrera.


Saludos y buena semana a todos

domingo, 21 de septiembre de 2014

Bicicletas Berg y Sport Zone

Bien sabéis que llevo poco tiempo aún en el mundillo del triatlón y que hasta ahora han sido pocos los que me han ayudado económicamente o con material.

La semana pasada recibí unas gafas de la marca Berg a través de la empresa Sport Zone y que pude disfrutar este sábado en el Regional de Comillas, como se puede ver en la foto del podium.

Sabiendo la situación económica en la que estamos valoro mucho más cualquier ayuda que pueda llegarme, y parece ser que se está abriendo una puerta con la citada marca Berg, que quiere introducirse en España a través de empresas de material deportivo ya asentadas en nuestro país y que están apostando por jóvenes deportistas, como es el caso de Sport Zone, con gente siempre vinculada al ciclismo en Cantabria (bicicletas VIPCH y accesorios Navali) y gran pasión por el deporte.

Os dejo un par de enlaces por si queréis echarles un ojo y ojalá se cierre algún tipo de colaboración para la temporada que viene, no sólo conmigo, sino con los muchos deportistas que desde la humildad y con trabajo están consiguiendo superarse día a día a sí mismos.

http://www.bergcycles.com/home

http://www.sportzone.es/catalogsearch/result/index/?p=12&q=berg



TRIATLÓN DE COMILLAS: ¡¡¡CAMPEÓN REGIONAL DE TRIATLÓN!!!

No se puede decir que todas las carreras son iguales. Después de un año en el que me he ido marcando objetivos sobre la marcha, más o menos ambiciosos, y que me han servido para no dejar de entrenar ni un solo día desde Noviembre, el siguiente que tenía entre ceja y ceja era hacerme con el Campeonato Regional de Triatlón, que el año pasado consiguió merecidamente Felipe Santamaría.
Como de costumbre, el Regional se disputaba en Comillas, en distancia casi olímpica y sin drafting (1500-39-9) aunque la dureza de los circuitos de bici y a pie no te dejan echar de menos esos kilómetros que faltan para que sea distancia olímpica.

Echo la vista atrás y en mis dos participaciones en Comillas, en 2012 logré un sufrido 23ª puesto absoluto y subcampeón regional Sub 23, en 2013 un 6º puesto absoluto y subcampeón regional absoluto y este año soñaba con conseguir subir un peldaño más.

Tras las sorprendentes buenas sensaciones del Triatlón de San Vicente, dos semanas atrás, planteé este periodo hasta Comillas con las sesiones de entrenamiento más duras que recuerdo hasta ahora. Días de natación a la hora de comer en el Go Fit, salidas en bici con Josema, Pablo Gutierrez o Diego Cuadrado y fartleks matadores por Parayas con Adri me hicieron llegar al Campeonato Regional en un gran estado de forma. No hay truco, si se entrena bien, se compite bien, y esta vez la primera parte estaba hecha, solo faltaba rematar.



Hasta Comillas fuimos unos 150 triatletas. Normalmente, esta prueba atrae a corredores de otras comunidades. Este año Aimar Aguirresarobe y Emilio Monagas (vencedor el año pasado) partían como claros favoritos y dejaban, a priori, pocas opciones al resto. Pero los federados en Cantabria teníamos el aliciente del Campeonato Regional y de los puntos en juego para la clasificación global del Circuito Caja Cantabria de Triatlón. Por ello casi nadie faltó a la cita: Roberto Cuesta, Sergio Sobrino, Román Molero, Guillermo Ruíz, Zubi, Peláez, Bolado, Alberto Ruíz, Marcos Bardón, Fernando García Aja, Loroño, Emilio, Ruma... Creo que hacía mucho tiempo que no se vivía un Campeonato Regional tan igualado,  y esto quedó patente en el transcurso de la carrera.



Tras dejar todo listo en boxes nos dirigimos hacia la salida de la natación, en el extremo derecho de la playa de Comillas. El mar estaba como un plato (BIEN!) y el primer sector era a una sola vuelta, girando en 4 boyas que, al igual que el pasado año, parecían estar donde Cristo perdió las sandalias. Con gran puntualidad nos situamos en la orilla y sin oír la bocina (yo al menos) echamos a correr como locos hacia el agua. Empiezo nadando por la izquierda. Como siempre, me gusta controlar al pelotón, ya que yo respiro por la derecha. Me veo muy adelante antes de la primera boya y además voy cómodo, pero pronto me quedo cortado del grupo de cabeza y me encuentro el primero de un segundo grupo. Lo de orientarme no es lo mío, pero consigo llegar a la segunda boya sin problema. Giro de 90ª a la izquierda, localizo unos pies 15 metros por delante de mí y los sigo en el "supuesto" largo paralelo a la costa. Voy  siguiendo los pies sin mirar por donde voy así que decido levantar la cabeza esperando ver al frente la boya...No la veo. En la siguiente brazada repito la operación pero la boya no está, así que paro, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que la boya está a 400 metros pero a mi derecha y que todos los de delante y los de detrás estamos nadando en la dirección equivocada. Por lo menos la cagada es multitudinaria y no es solo mía, pienso, todos hemos perdido tiempo. Cambio de rumbo y me voy directo a por la boya. Inmediatamente los de detrás me siguen. Como no tengo referencias delante decido dejar pasar a otros y descansar, de tal forma que me veo engullido por un gran grupo en el que identifico a Cuesta y a Peláez. Y sin más sobresaltos salimos del agua todos juntos desde el puesto 5 al 15. Yo salgo el 10 pero todo está muy apretado. En cabeza de carrera van Rumayor, Guillermo Ruíz y Ander, a un minuto y poco de mi grupo.




Me cambio rápido y arranco la moto en medio del pelotón. Nada más salir veo que un corredor se confunde y tira de frente. Le gritamos pero no nos oye. Con suerte, el camino que cogió enlaza unos metros más allá con el verdadero trazado, así que entre la duda de por donde es y demás no supuso ninguna ventaja para él, al contrario, creo que perdió algo de tiempo.



En los primeros metros de bici me encuentro pletórico y me reprimo a adelantar a Roberto Cuesta, porque es un especialista en ir de menos a más en bici. Decido cogerle la referencia. Sin duda es el gran rival para el Campeonato Regional, porque, además de ir como un tiro en bici, corre muy parecido a mí, así que marcaje al hombre (como dirían en el fútbol).  En los primeros kilómetros damos cuenta de Zubi, y Sergio Bolado, que se unen al grupo de Alberto Ruíz, Cuesta, Peláez y yo. Todos vamos a un ritmo muy parecido y corremos el riesgo de no guardar la distancia, así que en km 7, me pongo primero del grupo para evitar sustos, pero estamos todos igual y nadie quiere ir detrás por si acaso, por lo que me vuelven a pasar.



Y así van pasando los kilómetros. El ritmo es bueno y decido situarme a unos 20 metros del último del grupo, siempre controlando la distancia y mirando que nadie se quede descolgado. En el km 20 empezamos la subida a Santillana e intento escaparme, pero no hay manera. Antes de coronar nos cruzamos por Aimar, que va primero y Monagas, segundo, y a punto de llegar al giro me encuentro con Guillermo Ruíz, que sólo nos sacaba 30 segundos. Eso es buena señal, le estábamos recortando y al ser otro de los rivales más fuertes para el regional era mejor que no nos metiera mucho en bici.
Comenzamos el regreso hacia Comillas y en la bajada me pasan Cuesta, Bolado y Alberto. Como predije, Cuesta se pone a tirar a muerte y yo sufro para no perder el contacto con este grupo. En medio de la pelea damos cuenta de Guillermo y por detrás dan cuenta de nosotros Sergio Sobrino y Román Molero.



¡Viva la fiesta! ¡Cómo éramos pocos parió la abuela! Cuando dije que la lucha por el regional iba a estar igualada no me imaginaba que tanto: Roberto Cuesta, Guillermo Ruíz, Sergio Bolado, Sergio Sobrino, Román Molero, Zubi, Peláez, Alberto Ruíz y yo llegamos juntos a boxes para jugarnos en los 9 km de carrera a pie el tercer puesto de la carrera y el Título Autonómico. Los nueve triatletas más en forma en Cantabria bajándonos juntos a correr... si es que nos gusta dar espectáculo, jejejeje.

Hago un cambio bastante bueno y salgo a correr detrás de Roberto y de Fernando Román, los más duros de batir a pie. Por delante 9 km de cuestas y cuestas y cuestas... Me pongo tercero de la carrera y Roberto se pone a rebufo con bastante facilidad. En el primer kilómetro ya sacamos ventaja a nuestros rivales. Yo voy tirando a muerte y no soy capaz de soltar a Roberto. 




Afrontamos "la subida" demoledora a la par y al llegar arriba y empezar a bajar decido pegar un cambio para abrir unos metros. Sabía que no tenía más que él pero jugué la baza de morirme un poco para conseguir ese hueco psicológico. Era el kilómetro 4 y con 5 aún por delante auguraba una carrera agónica. Miro para atrás y veo que Cuesta cede esos metros que andaba buscando. 



Paso por la zona de público donde están mis padres, Vanesa, pepe y su Alejandro, que me dan fuerzas para seguir remando. Empiezo la segunda vuelta y sufro... sufro mucho, demasiado, pero prefiero no mirar hacia atrás, aunque las ganas me pueden y antes de subir la  "rampona" por segunda vez no puedo evitar girar el cuello y ratificar que mi hueco de 15 segundos se mantiene. ¡Bien, Pelayo, bien!. Aprieto cuesta abajo y afronto los últimos dos kilómetros. Voy sufriendo como un perro pero a la vez voy pensado que no me pueden pillar, hasta que oigo a alguien que me dice"¡Cuidado por detrás Pelayo!" PUFFFFFF miro de reojo y veo la sombra del bueno de Roberto demasiado cerca. Tan solo queda un kilómetro y aún pica el mano a mano perdido con Rodri en San Vicente, así que hoy no quería volver a perder un cara a cara y me lanzo cuesta abajo en busca de la meta, que cruzo en tercera posición y proclamándome ¡¡Campeón Regional de Triatlón 2014!!



Tardo en asimilarlo porque el esfuerzo final derivado del achuche de Roberto en los últimos metros, me hizo llegar exhausto a meta.

Abrazo a mi madre que es la primera en recibirme y felicito a Roberto y a Fernando Román por su segundo y tercer puesto respectivamente en el regional. También felicito a los ganadores absolutos: Aimar Aguirresarobe (juega en otra liga) y a Emilio Monagas. Me siento feliz, no sólo por el resultado si no por ver que estar dos semanas de machaque merecieron la pena; que todas las horas dedicadas a preparar esta carrera tuvieron su recompensa. Sé que es difícil de entender la importancia que le doy a un Campeonato Regional, pero es un objetivo que me puse y por el que he luchado mucho y por eso estoy así de contento.





Y antes de terminar, quiero dar las gracias a todos los triatletas que se dieron cita en Comillas para dar color y nivel a esta prueba, y en especial a los 9 "cántabros" que nos bajamos juntos a correr y que creo que dimos emoción a la carrera.

Y qué decir del equipo, que una vez más conseguimos subir al tercer cajón del pódium en el Campeonato Regional, gracias compañeros por formar parte de esta familia.

Nada más, con un hasta pronto me despido, próxima cita el Triatlón de los Históricos, el próximo sábado en Santander.


Saludos!!!

Triatlón de San Vicente de la Barquera: Mejorando y aprendiendo

Desde el 20 de Julio hacía que no corría un triatlón. Con unas necesarias vacaciones laborales de por medio y también una bajada de pistón en los entrenamientos llegué, a falta de dos semanas para la disputa del Triatlón de San Vicente, con las pilas más que cargadas para rematar lo más dignamente posible una temporada que está siendo preciosa y variada.

La última semana de Agosto y primera de Septiembre estuve entre Oviedo y Felechosa compaginando entrenamientos con alguna que otra fiesta. Además, aprovechando el buen tiempo y las vacaciones pude hacer salidas de más de una hora en bici, a las que no acostumbro a lo largo de la temporada. Me costó bastante coger el punto esas dos semanas, de hecho, llegué a San Vicente con la sensación de no ir al 100%, sobre todo nadando. Pero bueno, mi objetivo principal de esta segunda parte de la temporada era el Campeonato Regional de Comillas y creo que iba en buena línea para llegar bastante fino a la cita, un par de semanas después.



El domingo de la carrera se levantó un tiempo caluroso y húmedo. Llegué a San Vicente con bastante tiempo. En esta ocasión fui solo desde Oviedo y me junté con Vanesa ya allí. Las diversas competiciones que había ese fin de semana por Asturias y el País Vasco hicieron que la participación fuese menor de lo normal. Unos 100 triatletas nos dimos cita en la villa cántabra, abarrotada de gente y con un ambiente festivo que invitaba más a sentarse en una terraza que a sufrir.

De los cántabros estábamos casi todos, excepto Sergio Correa, quien unas semanas antes tuvo un desafortunado accidente del que se está recuperando. Sin duda era él el máximo favorito a la victoria, tanto de la carrera como del Circuito Cántabro, pero su ausencia abría el abanico de candidatos, extendiéndolo a otros como Guillermo Ruiz, Fernando Román o yo mismo. ¡Ánimo Sergio! El temporadón que has hecho no se nos va a olvidar a ninguno, y yo soy el primero en estar orgulloso de haber luchado de tú a tú contigo en alguna carrera. Unas veces te llevabas tú el gato al agua, otras veces yo, pero siempre con una deportividad de valoro muchísimo.
Volviendo al lío, con bastante puntualidad nos situamos en la rampa de salida el centenar de triatletas. Era importante comenzar la prueba a la hora exacta, coincidiendo con la pleamar, para evitar las terribles corrientes que se producen en la ría.



Más de un mes inactivo (competitivamente hablando) me provocó más nervios de lo habitual y dudas, muchas dudas... No tenía ni idea de donde iba a ser capaz de estar en cada uno de los sectores.
¡¡Bocinazo y a nadar!!! Salgo por la izquierda rápido y al llegar a la primera boya la cojo por dentro sin problemas, aprovechando el giro para situarme. Veo que voy bien posicionado, nadando con Ander y Edu. Por delante unos 10 triatletas nada más, así que era buena señal. Voy abriendo el segundo grupo de carrera y a medida que nos acercamos a la rampa de salida del agua les recorto unos metros a mis predecesores, llegando a enganchar con Ricardo Marañón, del Ozono, con quien salgo del agua. Hago una transición decente y me dicen que voy entre los 15 primeros, con cabeza de carrera a un minuto aproximadamente.



Guillermo Ruíz va en ese grupo de cabeza, escoltado por varios compañeros de equipo como Mendiola o Isaac, así que decido tirar a muerte a por ellos en los 3 km de subida nada más salir de San Vicente. Me agarro al manillar y sufro... pero me acuerdo de esas series en Picu Llanza los días previos y gano confianza. A lo lejos veo el grupito de cabeza donde van Emilio y Ruma, del Buelna, y Dani, del Lupa, además de los previamente citados. Sufro lo que no está escrito pero consigo mi propósito, que era enlazar antes de llegar al alto. Sin aire y con pocas fuerzas me pongo a cola de grupo para recuperar y empiezo a pensar en la estrategia a seguir.



En este caso había varias bazas que jugar: por un lado estaba el circuito cántabro, con Guillermo Ruíz como máximo rival, y más viendo que la siguiente carrera de Comillas podía ponérmelo muy complicado. Por otro lado estaba la lucha por la victoria de la carrera. Aún sabiendo que a pie, si estoy bien, podría ganar a mis acompañantes de grupo, no lo tenía tan claro con los triatletas que venían en grupos perseguidores, como Rodri, Manu Vega o Edu. Entonces la pregunta era ¿Tirar en bici a muerte para que no nos cojan por detrás? o ¿ir descansado en bici y dejar que nos cojan, pero bajarme fresco a correr?

Al final me decido por la segunda, puede que sea una opción discutible pero no me sentía con garantías de hacer una buena carrera a pie si me pasaba tirando en bici. Además eran varios los triatletas del Santander y del Buelna y yo no pintaba nada en esa pugna por escuadras.
Fueron pasando los kilómetros y el bueno de Guillermo iba tirando de nosotros. Me daba rabia verle tirar y no echar un cable, pero bueno, en ese momento pensé que lo mejor para mí era guardar. Y como predije, a falta de 5 km nos pilla un grupo numeroso donde van Fernando Román, Edu, Marcos, Rodri, Nacho... y empiezan los hachazos. Los primeros sin éxito pero una vez empezamos a subir Rodri y Román abrieron hueco y se fueron solos. Esa situación ya no me gustaba así que apreté esos kilómetros finales para intentar llegar a boxes lo más cerca posible de ellos. Finalmente entramos en el empedrado de boxes con 15 segundos perdidos con el dúo de cabeza.



Me bajo en mitad del pelotón, me cambio rápido y echo a correr; pero ya había varios de mi grupo zapateando por delante. En una hilera, de uno en uno, empezamos todos el último sector. Salgo lo más rápido que puedo, me veo bien y quiero luchar por la victoria. Adelanto en la primera recta a todos los que me preceden menos a Rodri, que va unos metros por delante. Sin embargo, en el km 1 veo que mira para atrás... ¿no estará yendo fino? Sigo a mi ritmo y le cojo en el km 1,5. Me pongo a tirar con la idea de soltarle, pero se me pega y no soy capaz. Aflojo un poco el ritmo para coger aire y llego al cono liderando la carrera con Rodri junto a mí. Giramos y nos empezamos a cruzar el resto de corredores. Edu va tercero pero a una distancia prudencial, le siguen Fernando Román y Marcos Bardón. La lucha por la victoria estaba clara a falta de 2 km, Rodri y yo nos la íbamos a jugar. Empieza la subida y pienso... "como me cambie ahora la jodimos". Sólo sentía tener cambio de 400 metros, no de más de 1km... Y dicho y hecho, Rodri me debió de leer mi mente y me cambió a falta de 1 km, abriendo esos 15 metros psicológicos que cuesta mucho recuperar. Entramos en San Vicente y voy con todo, no quiero tirar la toalla hasta pasar por meta. Sufro lo indecible y le recorto algo la distancia pero no lo suficiente para ganarle y entro en meta segundo.




Tengo que estar contento porque sé que llegaba justito a esta carrera y conseguí un nuevo pódium totalmente inesperado y un primer puesto de los cántabros que me da 100 puntitos para el circuito que ahora sí se me ha puesto muy favorable. En tercera posición entra Edu, a casi un minuto, y poco a poco el resto de mis compañeros de bici.



Felicito a Rodri por el triunfo más que merecido, tras hacer una remontada en bici espectacular y bregando él solito "Chapeau!!"

Y otra alegría enorme para mí fue el tercer puesto por equipos, que permitió a mi amigo y compañero Pablo subir al pódium en su carrera número 100... que se dice pronto ¡Enhorabuena!




¿Conclusiones? pues que este resultado es un subidón de moral para preparar durante las próximas dos semanas el Triatlón Villa de Comillas, que es a su vez el Campeonato Regional de Triatlón. Dos semanas intensas pero que seguro van a merecer la pena...

En dos semanas nos vemos de nuevo


Saludos!!

TIEMPO PARA LAS MILLAS

Muy buenas a todos. Las vacaciones no han pasado desapercibidas ni para el blog, que muy a mi pesar he dejado algo abandonado durante el periodo estival. Si bien es cierto que después del Triatlón de Colindres, en el mes de Julio, había pensado tomarme unas "vacaciones" deportivas, al final no me aguanté y competí en una nueva modalidad para mí: la milla.

El fin de semana del 10 de Agosto me habían invitado a correr la milla Elite de Selaya. Gracias a la intermediación de Nico, mi entrenador de atletismo, me federé con el equipo pasiego para lo que resta de temporada, y la milla de "casa" era una cita ineludible.

Tuve que cambiar el chip de entrenamiento tras cruzar la meta de Colindres. Menos agua, menos bici y más correr.... y sobre todo series cortas y velocidad. La primera semana de preparación de la milla fue realmente dura. Para un tío diesel como yo, ponerse a correr a ritmos de 2:50' el km es una tortura, y en esos primeros entrenos me salía el ácido láctico por las orejas.



A falta de poco más de una semana para la milla, un buen entreno con mis compañeros de la UC en la Albericia me animó a adelantar mi debut en la distancia, aprovechando que ese fin de semana se disputaba la milla de Polanco. Además correría con los federados, no con los Elite como en Selaya, por lo que sería un buen test de cara a la siguiente cita.



El domingo 3 de Agosto, en una lluviosa tarde nos fuimos para Polanco Vanesa y yo. No conseguí convencerla para que corriera, aunque luego se arrepintió de ello... Cafetito previo y calentamiento con Omar. Allí estaban también Josema y Nacio, este último con ganas de "ganarme", ya que son pocas las oportunidades que tenemos de correr en la misma prueba y tiene que aprovecharlas jejejejeje.
Tras unos consejos de Nico y con nervios de novato a flor de piel, fuimos llamados a línea de salida. Poco montaje hay en este tipo de carreras, no da tiempo a pensar lo que tienes que hacer cuando ya te ves corriendo a toda leche. Salida rápida... ¿qué esperabas siendo 1609 metros? El recorrido consistía en dar tres vueltas a un circuito con un tramo de subida y uno de bajada. Tras la frenética salida el ritmo decayó bastante. Éramos muchos y muy juntos... ¡madre mía! menudo sprint como lleguemos todos al final, pensaba. Pero no, a falta de una vuelta mi compañero de equipo Victor Revuelta estiró el grupo con un cambio duro que me pilló mal colocado. Detrás de él salieron Ivan Díaz y Jose Ortiz. Yo, atascado detrás de dos atletas, esperé paciente a los últimos 300 metros. En ese momento iba octavo, pero un acelerón de los que me gustan al final me permitió remontar hasta el tercer puesto y subirme al podium en mi primera milla con un tiempo de 4:42 y a escasos 2 segundos del primero, Ivan Díaz. Mi amigo Nacio entró poco detrás, aunque todavía va a tener que entrenar un poco más para ganarme jejeje (Me encanta darle caña).




Más contento no podía estar. Por lo menos tenía la confianza de que no iba a hacer el ridículo en Selaya, aunque corriera con la élite.

Y tras una semana de afinamiento nos plantamos en la capital mundial del sobao, para defender los colores pasiegos por sus propias calles. Esta vez estuve acompañado por mis padres y Vanesa, quien sí se atrevió a inscribirse. Además, Nacio, Alvaro y Adri, compañeros habituales de fatigas competirían en la carrera popular.

Viendo desde fuera a mis compañeros y a mi chica correr me lo pasé pipa. Además, Vanesa, con su espíritu luchador, rascó un cuarto puesto que le permitió subir al podium y traerse para casa un trofeíllo y un sobre... ;)



Y llegó nuestro turno, los que corríamos la carrera Elite por invitación. Las calles del pueblo estaban abarrotadas y los 17 participantes de esta prueba esperábamos en cámara de llamadas a que nos presentaran. Verme entre gente de nivel de final de 1500 de Campeonato de España como David Palacio o con grandes atletas de la tierra como los hermanos Sainz, Pepín, Hiero... me daba un subidón increíble a la vez que pasaba por mi cabeza la mítica frase de "¿Qué coño hago yo aquí?".

Empezaron presentado a los atletas desde los dorsales más altos a los más bajos. Y llegó mi turno... nervios a flor de piel y sensaciones que no sé si tendré la oportunidad de revivir algún día. El speaker que siempre anima las pruebas de atletismo en Cantabria hizo poco menos que un repaso a toda mi vida deportiva, empezando por el Karate, el esquí y nombrando los más recientes resultados en duatlón y triatlón; y tras decir mi nombre me dirigí hacia la línea de salida chocando todas las manos que salían desde los laterales del público... Yo, ya con hacer aquella  recta llena de gente y chocando palmas podía irme satisfecho para la cama. De la motivada que agarré, cuando me puse en línea de salida estaba con el pulso por las nubes. No conocía toda la parafernalia que se organiza en torno a las millas ¡Maammma mía! y eso que no es fútbol.



El caso, que después de todo había que correr 1609 metros, dando tres vueltas a un circuito recto de ida y vuelta, por las calles de Selaya. El objetivo era no quedar descolgado a las primeras de cambio. Salimos y el grupo se pone en fila. ¡Qué ritmo! Esto no tenía pinta de ser una carrera táctica y lenta como me habían dicho, de hecho, Marcos Peón puso un ritmo frenético desde el principio, y me quedé descolgado a los 300 metros de empezar, nada más pasar el primer cono. 




Veía cómo el grupo se me alejaba poco a poco y cómo los integrantes del Selaya cerrábamos la carrera. Y así fueron pasando las vueltas hasta que en la última, sufriendo como un perro apreté, llegando a pillar a uno de los del grupo de cabeza que se había quedado rezagado y entrando en meta en una sufrida 12ª plaza de 17 participantes.

Papeleta salvada, una nueva experiencia en un deporte y una modalidad que no son específicamente para lo que suelo entrenar, pero que me mantuvieron entretenido un par de semanas, y sobre todo, me ayudaron a desconectar de los triatlones para ahora volver con más ganas a la parte final de la temporada.





Saludos y buenos entrenos a todos.