martes, 15 de diciembre de 2015

Carrera de Navidad de Piélagos: madurando...

Estamos metidos de lleno en una fase de la temporada que, aunque teóricamente sea para hacer base, está cargada de carreras que me encantan y me motivan. No voy a esconder que este año me gustaría llegar lo mejor posible a la San Silvestre de mi ciudad (como todos los años, no descubro nada nuevo a nadie) pero el camino hacia el día 31 hay que ir desbrozándolo de la forma más amena posible.

Con las buenas sensaciones que me dejó el Cross Corto de Laredo, empecé una nueva semana de entrenamientos que tuvieron su día culmen el Martes. Los 4x1000 sub 3’/km y con poca recuperación, hechos en la Albericia y con la ayuda de mi compañero de fatigas Adrián y de Pablo, invitaban a ser optimistas de cara a la siguiente cita. Desde el Martes seguí metiendo carga pero en natación y bici básicamente. Un único entreno “alegre” a pie fue el jueves, y sirvió para darme cuenta de que el cuerpo pedía tregua. Así que el viernes lo dediqué a otros menesteres distintos al entrenamiento. El descanso es algo que hasta este año había “maltratado” un poco. Sabía lo importante que era parar cuando el cuerpo va justito, pero me daba rabia hacerlo y, a veces, llegaba cascado a las carreras. Como digo, esta temporada el descanso está convirtiéndose en el mejor entreno de todos, y en la carrera de Navidad de Renedo de Piélagos se notó.



Llegamos a la típica cita Navideña que todos los años se celebra en la capital de municipio del que procede etimológicamente mi nombre (Pelayo viene de “Pelagium”, que significa hombre de mar, al igual que “Piélagos”). En mi 5ª participación llegué a Renedo con doble ración de motivación. Por un lado, estrenaba zapatillas, las Takumi Boost de Adidas, prestadas por mi buen amigo Álvaro y a quien agradezco el haberme hecho descubrir esta maravilla para los pies. La segunda fuente de motivación fue tener a mis padres y a toda la familia de Vanesa animándome.

Y sin muchos preámbulos dio la hora de la salida. A penas 40 atletas Sénior federados estábamos en la parrilla. Como siempre, carrera de mucho nivel y poca participación, que atrae a atletas con buenos registros en busca del cotizado reparto de premios para los 10 primeros clasificados. Es decir, un cuarto de los participantes cobrarían premio en metálico, lo cual es un porcentaje estratosférico en comparación con otras pruebas. Aun así, la dificultad de hacerse con uno de los 10 puestos de oro era más que evidente: Borja Jerónimo, Pepín, Fikire, Bekele, Roberto Ruíz, Yassine, Hachoumi, Samuel Abascal, Ivan Saínz, Miguel Martín Maldonado, Guillermo García García, Miguel Caminero… y no sigo porque ya me he pasado de los 10… ¿Misión imposible colarse en ese selecto grupo? Veremos…



Por delante 7,4 kilómetros llanos, teniendo que completar 7 vueltas a un circuito por la calle principal de Renedo, abarrotada de gente el Domingo por la noche y con una temperatura ideal para correr. Me pilló bostezando la salida, así que tuve que cortar mi gesto y ponerme a zapatear. Los primero metros marcaron el devenir de la prueba. Bekele y Fikire, “a su bola”, tiraron hacia delante. Por detrás, se formó un grupo enorme donde iban todos los favoritos citados anteriormente, además de un par de invitados que no contaban con ellos en la fiesta: Adrián y yo. Pasamos la primera vuelta a 3:02 de media, ritmo alto pero asumible. Me sentía cómodo (relativamente) a cola de grupo y rezaba porque no empezaran las hostilidades. Pasaron una, dos, tres… y el señor Pelayo seguía agazapado en el grupo, con algo más de atrevimiento que al principio y rodando en mitad del pelotón. Girar la cabeza y ver jadear a Pepín, Tico, Samu o Borja Jerónimo, entre otros, me hizo ver que realmente estoy en un estado de forma que ni me imaginaba. Cuantas más vueltas aguantara ahí mejor; pero las hostilidades, como digo, no tardarían en llegar.



Antes de que se abriera la veda de los hachazos hice cuentas y sumé 12 integrantes en el grupo ¡Sobran cuatro! Oí gritar desde algún lugar del público, e inconscientemente me vino a la cabeza el pensamiento de que yo no era uno de los que sobraba.

En la cuarta vuelta alguien, no sé muy bien quien, nos puso en fila de a uno y el pelotón se rompió. Empecé a ceder unos metros pero mantuve la cabeza fría e intenté no venirme abajo. Los primeros en caer fueron Pepín y Yassine. Miré de reojo y vi que no era el último, pues, a parte de ellos dos, otros atletas de fuera cedían unos metros. Conseguí estabilizarme junto a Borja Jerónimo (¡quién me lo iba a decir a mí!) pero cuando me las prometía felices al rodar con mi compatriota asturiano, este cogió la tangente y se retiró. Estábamos al inicio de la quinta vuelta y me había quedado solo, completamente solo ¡qué agonía! Nadie por delante y unos cuantos por detrás, aunque no quise girar la cabeza en ningún momento para no agobiarme. Iba noveno y pensaba “tú a lo tuyo Pelayín, hasta donde llegues” El ritmo que mantuve en esa vuelta aún era rápido, por debajo de 3:10.



Y cuando me las prometía felices porque el noveno puesto era mío, un enganchón con un hierro que delimitaba el giro de 180 grados para volver hacia meta me hizo hacer un trompo, destrozándome el pantalón y parándome en seco 5 segundillos ¡Mierda! Se me rompe el pantalón y el ritmo, lance, que aprovecha el, hasta entonces, décimo para quitarme las pegatinas y no darme opción a recuperar la posición que creo que me merecía.



Décimo puesto, y contentísimo por muchas cosas. Primero, por haber sido atrevido y haberme lanzado de cabeza a la piscina cogiendo la rueda de gente de un nivel muy superior al mío. Segundo, pese a llevarme un punto por encima de mis posibilidades, por haber mantenido el tipo cuando de verdad me quedé solo. Y tercero y último, por haber conseguido, por fin, un puesto de honor tras el 11º del año pasado y frente al elenco de atletas que se habían dado cita. Es una pena que muchos se hayan retirado cuando ya no se veían con opciones de optar al Top 10, porque hubiera sido bonito conservar una clasificación con estos atletas por detrás de mí. Aun así me quedo con el recuerdo de haber competido codo a codo con ellos, lo demás es un papel que espero, en un futuro no muy lejano, refleje una historia análoga a la que no pudo plasmar en Renedo.



Y con una nueva experiencia en mis piernas continúo desbrozando el camino que, espero, me lleve a buen puerto el día 31.


… y que dure…

1 comentario:

  1. felicitaciones Pelayo , hiciste una gran carrera , estas a un nivel superior!!! mucho exito para lo que se viene!!! saludos desde Chile.

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