Van saliendo las cosas, pero quiero tener los pies en el
suelo. Hoy, en el Cto Regional de Cross Corto de Laredo, sentí por primera vez
la sensación de ser competitivo en atletismo, frente a atletas especialistas en
distancias cortas y con quienes tuve el placer de batirme el cobre. Pero
empecemos por el principio...
La semana después de Cueto fue intensa en cuanto a
entrenamientos. La preparación que me está llevando Juan Carlos Llamas me ha
hecho casi doblar las horas de entreno respecto a lo que estaba acostumbrado, y
eso se nota. Voy cogiendo fondo pero la semana se hace larga y dura.
Después de un mes bajo la tutela de Juan Carlos, el Martes
tocó pasar consulta y ver si los cambios en la dieta y entrenos habían dado sus
frutos... ¡Y vaya si los dieron! En un mes he perdido 4 kg de grasa y ganado 1
kg de músculo... cosa seria. Y esto se nota en la carrera a pie, donde tengo
más fuerza que nunca y tiro por menos lastre que antaño.
Con los buenos datos sobre la mesa y una dosis extra de
motivación, mi compañero Adrián y yo completamos una buena semana, compartiendo
el Martes unas series de 2000 que nos dejaron más que satisfechos y a punto
para rendir en el Cross Corto de Laredo.
Llegó el fin de semana, llegó la cita y el día amaneció
soleado y caluroso. Viaje tranquilo a Laredo con mis padres y puesta a punto
con un buen calentamiento para disputar la carrera más rápida sobre hierba de
las que se disputan en la región. El nivel en Laredo siempre es altísimo, pues
los 4100 metros de recorrido, completamente llanos, animan a los mejores
mediofondistas de la región a calzarse los clavos, lo cual, para lentos como yo
es un extra de motivación.
Concienciado de que me iban a sacar de punto nada más salir,
afronté los primeros metros con cabeza y, tras el pistoletazo, me vi superado
por decenas de atletas que salen como aviones para coger posición. Al contrario
que en Cueto, donde en el primer kilómetro me puse un poco nervioso al verme
tan atrás y pegué un arreón que luego pagué caro, en Laredo tuve sangre fría y
dejé que fuera el paso de los kilómetros el que me pusiera en mi sitio. Nunca cogí
grupo, siempre progresando y con sensaciones increíbles, hasta que en el
kilómetro dos me topé con el grupito de mi nivel.
David Álvarez (Saporo) rodaba justo delante de mí y conseguí
darle caza en la segunda de las cuatro vueltas. El siguiente era Sergio
Santiago (Polanco), a quien también superé para seguir progresando. Un viejo
conocido en batalla, Sergio Correa (Cárcoba), era el siguiente. Me costó
alcanzarle pero lo hice en la tercera vuelta y conseguí, además, contactar con
el grupo donde iban Mazouzi, Adrián Cano (Cayón) e Ilian (Villa de Cabezón),
tres mediofondistas a los que, a priori, no esperaba ganar. Pero hoy tenía el
día y al empezar la cuarta y última vuelta supero a estos dos últimos y me voy
a la estela de Mazouzi... Correr a pies de un tío de 3:30 en 1500 no se logra
todos los días, así que disfruté de esos metros a su estela como nunca. Me
sentía inmenso, sufriendo como un perro, pero inmenso, aunque la calidad del
atleta marroquí le hizo despegarse de mí en los últimos 300 metros y dejarme
solo para entrar en meta, "tranquilo", en un 15º puesto individual y 7º por equipos, que me saben a gloria.
Ritmo medio de 3:06 y "pa casa".
No puedo estar más contento con el rendimiento. Además de
las buenas sensaciones corriendo, con cambio al final, aunque no lo hice para
preservar una herida en el pie que me está dando lata, conseguí bajar más de 20
segundos mi tiempo del año pasado en este mismo circuito y acercarme a los
primeros. Otra mejora de 20 segundos me haría saltar al top 5, una utopía a día
de hoy, pero que tengo la sensación poder lograr a medio plazo. De momento,
paso a paso y con los pies en la tierra.
Próxima parada de este tren: Carrera de Navidad de Renedo de
Piélagos.
¡A darle caña!
Fotos de Andrea Fernández, Chuchi y mi padre. Gracias a los tres.
el nota ese me ha copiao el sombrero, pero le queda to bien.
ResponderEliminarel nota ese me ha copiao el sombrero, pero le queda to bien.
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