Desde el 20 de Julio hacía que no corría un triatlón. Con unas
necesarias vacaciones laborales de por medio y también una bajada de pistón en
los entrenamientos llegué, a falta de dos semanas para la disputa del Triatlón
de San Vicente, con las pilas más que cargadas para rematar lo más dignamente
posible una temporada que está siendo preciosa y variada.
La última semana de Agosto y primera de Septiembre estuve
entre Oviedo y Felechosa compaginando entrenamientos con alguna que otra
fiesta. Además, aprovechando el buen tiempo y las vacaciones pude hacer salidas
de más de una hora en bici, a las que no acostumbro a lo largo de la temporada.
Me costó bastante coger el punto esas dos semanas, de hecho, llegué a San
Vicente con la sensación de no ir al 100%, sobre todo nadando. Pero bueno, mi
objetivo principal de esta segunda parte de la temporada era el Campeonato
Regional de Comillas y creo que iba en buena línea para llegar bastante fino a
la cita, un par de semanas después.
El domingo de la carrera se levantó un tiempo caluroso y húmedo.
Llegué a San Vicente con bastante tiempo. En esta ocasión fui solo desde Oviedo
y me junté con Vanesa ya allí. Las diversas competiciones que había ese fin de
semana por Asturias y el País Vasco hicieron que la participación fuese menor
de lo normal. Unos 100 triatletas nos dimos cita en la villa cántabra,
abarrotada de gente y con un ambiente festivo que invitaba más a sentarse en
una terraza que a sufrir.
De los cántabros estábamos casi todos, excepto Sergio
Correa, quien unas semanas antes tuvo un desafortunado accidente del que se
está recuperando. Sin duda era él el máximo favorito a la victoria, tanto de la
carrera como del Circuito Cántabro, pero su ausencia abría el abanico de
candidatos, extendiéndolo a otros como Guillermo Ruiz, Fernando Román o yo
mismo. ¡Ánimo Sergio! El temporadón que has hecho no se nos va a olvidar a
ninguno, y yo soy el primero en estar orgulloso de haber luchado de tú a tú
contigo en alguna carrera. Unas veces te llevabas tú el gato al agua, otras
veces yo, pero siempre con una deportividad de valoro muchísimo.
Volviendo al lío, con bastante puntualidad nos situamos en
la rampa de salida el centenar de triatletas. Era importante comenzar la prueba
a la hora exacta, coincidiendo con la pleamar, para evitar las terribles
corrientes que se producen en la ría.
Más de un mes inactivo (competitivamente hablando) me
provocó más nervios de lo habitual y dudas, muchas dudas... No tenía ni idea de
donde iba a ser capaz de estar en cada uno de los sectores.
¡¡Bocinazo y a nadar!!! Salgo por la izquierda rápido y al
llegar a la primera boya la cojo por dentro sin problemas, aprovechando el giro
para situarme. Veo que voy bien posicionado, nadando con Ander y Edu. Por
delante unos 10 triatletas nada más, así que era buena señal. Voy abriendo el
segundo grupo de carrera y a medida que nos acercamos a la rampa de salida del
agua les recorto unos metros a mis predecesores, llegando a enganchar con
Ricardo Marañón, del Ozono, con quien salgo del agua. Hago una transición
decente y me dicen que voy entre los 15 primeros, con cabeza de carrera a un
minuto aproximadamente.
Guillermo Ruíz va en ese grupo de cabeza, escoltado por
varios compañeros de equipo como Mendiola o Isaac, así que decido tirar a
muerte a por ellos en los 3 km de subida nada más salir de San Vicente. Me
agarro al manillar y sufro... pero me acuerdo de esas series en Picu Llanza los
días previos y gano confianza. A lo lejos veo el grupito de cabeza donde van
Emilio y Ruma, del Buelna, y Dani, del Lupa, además de los previamente citados.
Sufro lo que no está escrito pero consigo mi propósito, que era enlazar antes
de llegar al alto. Sin aire y con pocas fuerzas me pongo a cola de grupo para
recuperar y empiezo a pensar en la estrategia a seguir.
En este caso había varias bazas que jugar: por un lado
estaba el circuito cántabro, con Guillermo Ruíz como máximo rival, y más viendo
que la siguiente carrera de Comillas podía ponérmelo muy complicado. Por otro
lado estaba la lucha por la victoria de la carrera. Aún sabiendo que a pie, si
estoy bien, podría ganar a mis acompañantes de grupo, no lo tenía tan claro con
los triatletas que venían en grupos perseguidores, como Rodri, Manu Vega o Edu.
Entonces la pregunta era ¿Tirar en bici a muerte para que no nos cojan por
detrás? o ¿ir descansado en bici y dejar que nos cojan, pero bajarme fresco a
correr?
Al final me decido por la segunda, puede que sea una opción
discutible pero no me sentía con garantías de hacer una buena carrera a pie si
me pasaba tirando en bici. Además eran varios los triatletas del Santander y
del Buelna y yo no pintaba nada en esa pugna por escuadras.
Fueron pasando los kilómetros y el bueno de Guillermo iba
tirando de nosotros. Me daba rabia verle tirar y no echar un cable, pero bueno,
en ese momento pensé que lo mejor para mí era guardar. Y como predije, a falta
de 5 km nos pilla un grupo numeroso donde van Fernando Román, Edu, Marcos,
Rodri, Nacho... y empiezan los hachazos. Los primeros sin éxito pero una vez
empezamos a subir Rodri y Román abrieron hueco y se fueron solos. Esa situación
ya no me gustaba así que apreté esos kilómetros finales para intentar llegar a
boxes lo más cerca posible de ellos. Finalmente entramos en el empedrado de
boxes con 15 segundos perdidos con el dúo de cabeza.
Me bajo en mitad del pelotón, me cambio rápido y echo a
correr; pero ya había varios de mi grupo zapateando por delante. En una hilera,
de uno en uno, empezamos todos el último sector. Salgo lo más rápido que puedo,
me veo bien y quiero luchar por la victoria. Adelanto en la primera recta a
todos los que me preceden menos a Rodri, que va unos metros por delante. Sin
embargo, en el km 1 veo que mira para atrás... ¿no estará yendo fino? Sigo a mi
ritmo y le cojo en el km 1,5. Me pongo a tirar con la idea de soltarle, pero se
me pega y no soy capaz. Aflojo un poco el ritmo para coger aire y llego al cono
liderando la carrera con Rodri junto a mí. Giramos y nos empezamos a cruzar el
resto de corredores. Edu va tercero pero a una distancia prudencial, le siguen
Fernando Román y Marcos Bardón. La lucha por la victoria estaba clara a falta
de 2 km, Rodri y yo nos la íbamos a jugar. Empieza la subida y pienso... "como
me cambie ahora la jodimos". Sólo sentía tener cambio de 400 metros, no de
más de 1km... Y dicho y hecho, Rodri me debió de leer mi mente y me cambió a
falta de 1 km, abriendo esos 15 metros psicológicos que cuesta mucho recuperar.
Entramos en San Vicente y voy con todo, no quiero tirar la toalla hasta pasar
por meta. Sufro lo indecible y le recorto algo la distancia pero no lo
suficiente para ganarle y entro en meta segundo.
Tengo que estar contento porque sé que llegaba justito a
esta carrera y conseguí un nuevo pódium totalmente inesperado y un primer
puesto de los cántabros que me da 100 puntitos para el circuito que ahora sí se
me ha puesto muy favorable. En tercera posición entra Edu, a casi un minuto, y
poco a poco el resto de mis compañeros de bici.
Felicito a Rodri por el triunfo más que merecido, tras hacer
una remontada en bici espectacular y bregando él solito "Chapeau!!"
Y otra alegría enorme para mí fue el tercer puesto por
equipos, que permitió a mi amigo y compañero Pablo subir al pódium en su
carrera número 100... que se dice pronto ¡Enhorabuena!
¿Conclusiones? pues que este resultado es un subidón de
moral para preparar durante las próximas dos semanas el Triatlón Villa de
Comillas, que es a su vez el Campeonato Regional de Triatlón. Dos semanas
intensas pero que seguro van a merecer la pena...
En dos semanas nos vemos de nuevo
Saludos!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario