martes, 30 de septiembre de 2014

I Triatlón de los históricos de Santander

Cuando surge la posibilidad de competir por los lugares donde normalmente entrenas, siempre afrontas esa carrera con más ilusión que otras.

Hace un par de meses le dieron las riendas de la organización del Campeonato de España de Clubs a Pablo Gutiérrez. Los ingredientes eran los mejores: circuitos espectaculares por los lugares más emblemáticos de Santander, muchos de los mejores triatletas del país presentes en la cita, ambiente triatlético increible y en paralelo al campeonato de España, una prueba individual con el sobrenombre de "Triatlón de los históricos" en la que se quería mezclar pasado, presente y futuro de nuestro triatlón. Un homenaje a los pioneros de nuestro deporte que en 1986 se lanzaban al agua en el Sardinero para hacer 1200 metros de natación, 60 kms de ciclismo y 20 kms de carrera a pie (Eduardo No, Carlos Santamaría, Javier Berasategui, Antonio Alix...). Ahora solo faltaba cocinar bien esos ingredientes para que Santander respirara triatlón durante todo el fin de semana.



Con los deberes prácticamente hechos esta temporada, participar en el triatlón de Pablo me hacía especial ilusión. Invité a Luis, un nuevo adicto a este deporte, a pasar el fin de semana en Santander y competir en el triatlón de los históricos. El sábado por la tarde nos dirigimos al muelle de Gamazo, rehabilitado para el mundial de vela. Estaban compitiendo en ese momento los clubes femeninos de Promoción, entre los que estaba, por primera vez en un Campeonato de España de clubs, un equipo cántabro, y como no, tenía que ser el Camargo-Astillero ¡Enhorabuena chicas!

Dejamos todo en boxes mientras veíamos correr a la Promoción masculina; prueba en la que el Triatlón Santander se batía el cobre para intentar subir de categoría. Hecho que a la postre logró, venciendo por escuadras y ascendiendo a segunda división ¡Enhorabuena para vosotros también!

Unas brazadas de calentamiento en la playa de Peligros y directos a la salida. Casi 200 triatletas, de nivel incierto, esperábamos ansiosos tras la línea marcada en el suelo. Segundos de mucha tensión hasta que por fin dan la salida. Esta vez el giro de boyas era a derechas y la primera boya estaba demasiado cerca como para ir por el exterior, como suelo hacer para evitar golpes. Así que me coloqué en medio y salí con todo al principio ¡ERROR! En esos 200 metros hasta la boya recibí más ostias que en toda mi vida. ¡Pero qué es esto! 



Me tiraron las gafas, me agarraron de las piernas, me pasaron por encima... Decidí pararme porque me estaba agobiando demasiado. Coloqué las gafas y nadé despacio hasta la primera boya. Iba muy muy atrás en el grupo, pero en el recto eterno hasta la rampa de Gamazo (600 metros), con ligera corriente en contra,  pude remontar muchos puestos. No sé exactamente cuántos, pero me exprimí al máximo y toqué tierra en 11ª posición, justo con Emilio Alonso, del Buelna, y escoltado por Oscar Delgado (Bender Triatlón). Pese a haber tenido la sensación de hacer la peor natación de mi vida, no fue tan mala como pensaba, logrando llegar a boxes con los de siempre.



La transición fue una locura. La inmensa explanada y la ingente cantidad de bicis me obligaron a concentrarme al máximo para encontrar rápido mi flaca. Por suerte fui directo a ella y me subí a la par que Emilio y Cifrian.

¡Empieza el espectáculo! Tres vueltas por Reina Victoria, Magdalena y Palacio de Festivales, con rampas cortas y duras y ni un solo metro llano. Al salir mareado del agua por los golpes y por haberme bebido medio Cantábrico en los primeros metros, me costó casi media vuelta coger el ritmo, así que al principio fui recuperando detrás de Emilio y otro corredor, al que se le salió la cadena al inicio de subida a la Magdalena. Nos quedamos solos Emilio y yo, miramos hacia atrás y vemos que el grupo numeroso de Fernando Román y Edu viene a un minuto, así que no merece la pena esperar. 



Me pongo a tirar con todo lo que tengo, que es poco. Emilio colabora muy bien y en la segunda vuelta damos caza a dos rivales que se nos ponen a rueda nada más pasarlos. Sigo tirando, no me importa desgastarme porque quiero ir a por los de delante, aunque me siento incómodo con los dos nuevos inquilinos a rueda. Intento soltarlos pero no soy capaz, así que a ritmo y con ellos pegados. En la última subida a la Magdalena a Emilio se le sale la cadena y me quedo solo con los otros dos. El grupo de Román no me pilla y consigo llegar a boxes después de bregar como un jabato toda la bici. Aún así, demasiado lejos de los primeros. 



Me bajo de  la bici y uno de mis compañeros de viaje me adelanta como un rayo en los primeros metros... ¡Ya caerás! jeje. Empiezo a correr sin saber el puesto ni las distancias, pero intuyo que voy lejos del podium, muy muy lejos. De  hecho, oigo a Pablo que me grita..."¡A dos minutos!...¡Del quinto!" Joooooder, que cabronazo. Esos ánimos me hundieron un poco... Si el quinto estaba a 2 min ¿a cuánto estaban los tres primeros? Me olvidé del puesto y me dediqué a correr, aunque en ese momento iba noveno, no me importaba. A ritmo exigente fui pasando corredores. Primero cayó el que había ido tapadito en bici y luego me pasó como un rayo. Y más adelante, como un cuentagotas, fueron cayendo los otros.  Como eran tres vueltas, al iniciar la segunda ya empieza uno a encontrarse doblados y es complicado saber en qué puesto vas. Me dediqué a correr y pasar gente y gente y gente. Espoleado por mis compañeros de atletismo y gran parte del público que me conocían, encaré la recta de meta con la incógnita del puesto... Pregunto al público a 50 metros de meta que cómo voy y me dicen que cuarto ¡Mierdaaaa!  ¡Qué pena, qué rabia! Un cuarto puesto muy sufrido y luchado, pero es un cuarto puesto, a las puertas de podium y, aunque no haya dado todo, te deja con la espinita clavada. Eso sí, mejor parcial a pie corriendo a poco más de 3;15 los 4200 metros finales, no está nada mal.



Esperé a que llegara Luis, que lo hizo en un meritorio 75ª puesto. Además pudimos coincidir en carrera, ya que le superé justo antes de entrar en meta.
Y con un nuevo triatlón en la mochila y un montón de buenas anécdotas y experiencias pongo casi el cierre a una temporada en la que me lo estoy pasando pipa.

La próxima parada será el Triatlón de Santander, el domingo día 5 en el Sardinero. Última prueba del Circuito Caja Cantabria de Triatlón, a la que llego como líder pero, al contrario que el año pasado, con más opciones de ganar el Circuito que aquella vez. Tampoco le he querido dar mucho bombo este año, porque tras el accidente de Sergio Correa, me vi inesperadamente de líder. Sin duda, Sergio habría sido el justo vencedor esta temporada y no me alegra tanto, si gano, hacerlo de esta forma. Así que espero que esté ya recuperado y poder jugárnoslo nosotros dos donde tiene que ser, en carrera.  Si no es así, no tengo la duda de que en el futuro vamos a tener muchas oportunidades para competir juntos en una lucha más justa.

Muchas gracias a todos los fotógrafos que voluntariamente nos dejáis recuerdos increíbles de cada carrera.


Saludos y buena semana a todos

1 comentario:

  1. Buenas. Antes de nada, me ha gustado mucho el post sobre el triatlón de Santander. ¿Dónde puedo conseguir las fotos del triatlón de 1ª división?

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