Copiando la rutina navideña del pasado año, que tan buen
sabor de boca me dejó, decidí aparecer por la San Silvestre Angulera de San
Juan de la Arena, perfectamente organizada por la" Asociación Cultural
Garabuxada". Dos días después del calentón de la carrera de Nochebuena de
Gijón, las piernas amanecieron torpes y perezosas. Un trote de activación la
mañana de la carrera sirvió para darme cuenta de que hoy iba a tocar sudar la
gota gorda para estar al nivel del pasado año. Como dice Ricardo: "los
progresivos son un termómetro para medir el estado muscular", y lo de por
la mañana me hizo ver que aún las "patitas" no habían cogido
temperatura.
Nos acercamos hasta San Juan de la Arena, con el objetivo de
revalidar la victoria del pasado año, aunque viendo el nivel de los rivales,
como el de Ciro Canseco esta temporada, se antojaba más complicado.
Se le veía venir ¡Qué progresión Ciro! |
Una tarde fresca, pero con un tiempo agradable, aún impropio
de las fechas en las que estamos, cientos de corredores populares y niños,
muchos niños, nos animamos a participar en la cita angulera. Calenté con Pablo
Camino, recorriendo al trote el sinuoso circuito que minutos después haríamos
con la lengua fuera. Unos progresivos para agitar la patata y a las 17:00 h nos
colocamos en línea de salida el medio millar de atletas dispuestos a "pescar"
la angula que había en juego. Porque si algo caracteriza a esta San Silvestre
es el premio al primer clasificado en forma de menú de angulas en uno de los
restaurantes del pueblo.
Anclas fuera y ¡a navegar! |
Redes en mano dieron la salida, y los 500 pescadores izamos
velas y pusimos rumbo a alta mar. Como era de prever, los chavales del pueblo
salieron con ganas de dejarse ver en los primeros metros. Me coloqué cerca de
cabeza de carrera, junto a Ciro, a priori, el rival más duro, y cuando apenas
llevábamos 400 metros, la gente menuda que había disfrutado de su momento de
gloria, nos dejó paso y me vi sin querer, liderando la carrera.
Primeros metros de tanteo |
No era lo que tenía en mente, quizás tomé la iniciativa
demasiado pronto, pero ya que estábamos ¿por qué no intentarlo? Sin pensármelo
dos veces me puse a tirar. "El que quiera venir que coja el tren, y el que
no, que pille otro vagón, pero aquí no se espera", pensé. A ritmo pero sin
cebarme completé el primer kilómetro en el que ya se hizo un corte y nos quedamos
en cabeza de carrera Ciro, Alejandro Rodríguez, un chaval muy joven de la Atlética
Avilesina y a quien habrá que cogerle la matrícula para futuras citas, y yo.
Ejemplo de simetría |
El segundo kilómetro, rumbo a la playa, es ligeramente
favorable y bastante rápido. Fue ahí donde el pasado año pegué el cambio y me fui
solo, pero esta vez sería distinto, porque Ciro está mucho más fuerte que
entonces y no me iba a dejar escaparme así como así. Aunque un par de tirones
sí que intenté dar para probar al personal, pero fueron en balde.
Se corrió bastante, no nos lo pusieron fácil |
Seguí bregando, tramos de viento a favor y tramos de viento
en contra, pero manteniendo una velocidad cercana a 3'/km de forma constante.
Tenía la esperanza de que ese ritmillo
machacón hiciese ceder a mis rivales, pero no fue hasta el kilómetro tres cuando
el chavalín empezó a quedarse. Por delante 1,6 kilómetros en lo que se preveía
un mano a mano muy duro con Ciro, que seguía enganchado sin dar muestras de
debilidad.
No me quería imaginar una llegada a cara de perro de nuevo.
En Gijón me exprimí demasiado al final y de ese tipo de esfuerzos cuesta
recuperarse, así que, pensando ambos en nuestro principal objetivo, la San
Silvestre de Oviedo, hicimos un pacto de no agresión a falta de un kilómetro
para meta y así evitarnos ese desgaste que nos iba a perjudicar a los dos. Lo
hablamos durante el cuarto kilómetro y no tuvimos ningún problema en
repartirnos la victoria en San Juan de la Arena.
Disfrutando de los últimos metros |
Última recta, no íbamos
despacio, pero afortunadamente tampoco nos íbamos muriendo. Entramos en la zona
de público que animaban ante lo que pensaban que estaba siendo un sprint, y entramos
juntos en meta, como digo, evitándonos ese desgaste que pudiera hipotecar
nuestro rendimiento en Oviedo.
El premio de compartirlo |
Me alegro mucho por Ciro, porque sé que le presta tanto o
más que a mi ganar una carrera y hoy aguantó a 3:05 sin ningún problema, por lo
que más que merecido este resultado. Y yo me voy encantado para casa porque las
sensaciones compitiendo fueron increíbles, en contraposición a lo que
pronosticaban mis piernas en el calentamiento. Hice mi carrera, tirando y a buen
ritmo, y no me quemé al final.
Pódium Sénior Masculino, aunque algún trofeo tenía tetas jeje |
Gracias a los amigos de la Asociación Cultural Garabuxada por
el esfuerzo que hacen para sacar adelante esta prueba y desde aquí les animo a
que sigan organizándola cada Navidad con las mismas ganas e ilusión. Si no pasa
nada, ¡hasta 2017!
Y a los lectores del blog les cito el próximo 31 de
Diciembre en Oviedo, en la carrera del año, en la prueba que nos pone la piel
de gallina cada Nochevieja.
Allí ya no vamos a dejar balas en la recámara.