Nuevo finde y nueva carrera. Diferente esta vez, pues iba a
representar a Cantabria en el Campeonato de España de Triatlón por Autonomías,
competición en la que se darían cita los que van a ser, en pocos años, de lo
mejor del triatlón español.
Cuando la Federación Cántabra planteó la posibilidad de
llevar una selección al Campeonato de España que se iba a disputar en Navajas
(Castellón), tardé poco en decidir presentarme como candidato a una de las 5
plazas. Acompañado por Sergio Correa, Ánder, Íñigo, Marcos y nuestro delegado,
Carlos Cobo, pusimos rumbo a tierras castellonenses con la intención de pasar
un buen finde de carreras y dejar a la selección cántabra lo más adelante
posible.
Llegamos a Navajas el viernes por la noche. La carrera era
el sábado a las 19:30h, así que tuvimos tiempo para descansar del viaje. El día
de la prueba aprovechamos la mañana para reconocer el circuito de bici:
"Duro, duro duro de cojones", fue lo primero que pensé al recorrerlo.
Subir-bajar-subir-bajar... tanto la bici como la carrera a pie eran totalmente
rompepiernas. Por su parte, la natación sería en un pantano y ¡Sin neopreno!
¡A tomar por saco! si había alguna opción de no salir entre
los últimos del agua, al nadar sin neopreno se vinieron abajo todas ellas. Pero
como suele decir el Núcleo duro de mi equipo, el Camargo-Astillero: "Hemos
venido aquí a jugar, así que, ¡Señora, enséñeme la caja!" ;)
Por último dimos un paseo por el circuito de carrera a pie.
Si la bici me había parecido dura, la carrera a pie iba a ser peor, por un
camino sube y baja, lleno de piedras sueltas, curvas cerradas en bajada...
Vamos, circuito de trail 100% ¡Me gusta!
jejeje
La atípica hora de comienzo de la prueba nos permitió
pegarnos una buena siesta e ir con calma a preparar las dos transiciones, que
estaban separadas unos 3 kilómetros. Aún así, al no tener que llevar neopreno,
la logística no era muy compleja.
Y por fin, a las 19:30h ya estábamos todas las autonomías en
fila india en la cámara de llamadas. Cantabria estaba en última posición y
fuimos los últimos en ser llamados para colocarnos en línea de salida. Mucha
tensión entre los gallos, yo un poco más tranquilo pero con ese punto de
nerviosismo que siempre ayuda a rendir bien.
Suena la bocina y nos tiramos al agua como podemos, los más
diestros lo hacen de cabeza y yo, en un intento de no hacer mucho el ridículo
me pego un buen planchazo. Me tiro de los últimos al agua, en el extremo
derecho del grupo, y sin apretones voy enfocando la primera boya. No adelanto a nadie ni me adelantan, así que
mosqueado, miro para atrás al girar en la boya y no veo a nadie... ¡Voy último!
Aprieto para no quedarme atrás entre la primera y segunda boya, consiguiendo
adelantar posiciones y recortando a los grupos de delante hasta que por fin
toco la moqueta roja y salgo del agua en el puesto 81 de 90 participantes. Acostumbrado
a salir entre los 15 primeros del agua en Cantabria, verte aquí entre los 10
últimos es una buena manera de bajarme los humos y decirme: "chavalín,
este es tu sitio".
Al llegar al box veo que Ánder e Íñigo están saliendo con
sus bicis en ese momento. Me cambio rápido y arranco la moto, como dice Felipe
(la suya es una Ducati, la mía es más una Vespa). Esta vez iba a tocar remontar
en bici. Empiezo sólo y en los primeros 4 km voy cogiendo grupitos sueltos.
Algunos se ponen a rueda y otros se van quedando. Justo antes de la primera
subida alcanzo a Ánder y a Íñigo y les grito para que se pongan a rueda, aunque
no fueron capaces. Empieza la subida y me voy del grupo que había formado a por
los siguientes. En la bajada neutralizo a unos cuantos. No conozco a casi
nadie, sólo al vasco Pello Osoro, con quien coincidí la temporada pasada en
algún triatlón en Cantabria y con quien había luchado entonces por victorias en
categoría Sub 23.
Cuando nos cruzamos con los primeros veo que hay dos
escapados y Sergio va en el grupo perseguidor, aunque empieza a descolgarse. Le
grito y le animo. A Marcos Mendiola no soy capaz de localizarlo, pero supongo
que iría también en uno de los grupos de cabeza.
Empieza la segunda subida y me la como yo entera con el
viento en contra, tirando de un grupito de unos 10 que en la bajada me quitan
las pegatinas y me descuelgan unos metros, que no tardo en recuperar al empezar
de nuevo la subida en la segunda vuelta. Me mantengo al frente del grupo toda
la ida y al volver prefiero no tirar y dejo que un par de triatletas aragoneses
tomen el mando. Con tranquilidad llegamos a la T2. "Ahora empieza lo
bueno", pienso.
Justo al entrar al box está saliendo Marcos Mendiola. Me
cambio rápido y a volar. Los primeros 400 metros eran por un carril bici, los
únicos llanos hasta girar a la derecha y entrar en el camino de la penitencia.
Las piernas iban bien y voy pasando gente. Alcanzo a Marcos al inicio de la
pista de tierra, le toco la espalda en señal de ánimo y tiro apra adelante. La
mayoría de la gente va palmada y yo siento las pernas como hacía muchos
triatlones que no sentía ¡Qué bien voy!
Termino la primera vuelta y
no dejo recoger cadáveres. Las piedras que llenan el camino no las
notaba y zancada tras zancada iban pasando los metros. Cobo se dejaba la voz
cada vez que pasábamos por donde él estaba. A falta de un kilómetro veo a Jaime
que va medio caminando, medio corriendo. Apreto en la bajada para pasar a un
par de triatletas que me precedían y entro en meta contento :)
Puesto 44, que después de salir el 81 del agua no estuvo mal
la remontada. A pie marqué el 13 parcial, a 1 min del mejor tiempo que marcó el
andaluz Mario Moreno (otro level).
Por comunidades autónomas conseguimos mejorar la posición de
partida quedando en el puesto 13, por delante de Asturias, Melilla y la Rioja. Objetivo
conseguido, que era puntuar, y además dejando equipos por detrás. Sobre todo
gracias a la buena carrera.
En meta dimos cuenta de un buen surtido de fartons, dulce típico valenciano
que me llevó a los tiempos en los que veraneaba en Benicassim y los desayunaba
todos los días.
Bonita experiencia la vivida en este Campeonato de España, el primero que
disputo en categoría élite en triatlón y en el que me di cuenta del nivel que
hay en otras comunidades. Pero lo mejor de todo el viaje fue, sin duda, fue la
selección que llevamos: un grupo joven pero lleno de ilusión y buena gente.
Pasé un finde buenísimo con todos ellos y me gustaría volver a repetir
experiencia.
Y nada más, mientras escribo estas líneas levanto la cabeza y veo los
áridos campos de Aragón. Volvemos a casa felices, con ganas de seguir
compitiendo y con la mochila llena de buenos recuerdos.
Lo cierto es que daba gusto veros marchar, cargaditos de trastos y de ilusión y daba gusto veros al volver sin haber perdido ni un gramo de la ilusión que llevabais.
ResponderEliminar¡Claro que sí! Ante todo tenemos que pasárnoslo bien, y en Navajas lo hicimos! ;)
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