sábado, 7 de junio de 2014

Campeonato del Mundo de Duatlón GGEE Pontevedra 2014

En muchas de las crónicas de este último año he empezado diciendo que “ha sido la carrera más especial de mi vida”: Triatlón de Santander, en el que me jugaba el circuito cántabro con Felipe Santamaría, la San Silvestre de Oviedo, en la que conseguí un tercer puesto que me supo a victoria, o el Cto. de España de duatlón en Avilés, en el que me colgué un bronce en mi grupo de edad. Pues bien, hoy estoy obligado a repetirme: “El mundial de duatlón de Pontevedra ha sido la carrera más especial  y el mejor momento deportivo de mi vida”.

Todo listo una semana antes... no soy cuadriculado, llámame "metódico" jeje

Sigo en una  nube, y supongo que se notará mi ilusión en la forma de escribir esta crónica. Acompañado por mi familia, mi chica, amigos pontevedreses y compañeros del mundillo del triatlón cántabro, y empujado desde la distancia por muchos otros amigos del colegio y de Felechosa, compañeros de atletismo, de la Universidad y del IH Cantabria, he conseguido la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Duatlón en mi grupo de edad de 20 a 24 años, y no éramos cuatro gatos…

¿Empezamos?
Viernes por la tarde. Después del trabajo,  Vanesa, Cristina y yo ponemos rumbo a Oviedo. La carrera es el domingo y prefiero descansar esa noche en casa, antes de continuar viaje a Pontevedra.
Llevo una semana de vida “espartana”: comidas, entrenos, horas de sueño, material… Todo controlado al milímetro para no dejar nada a la improvisación el día de la carrera. El material está a punto desde el miércoles y yo me encuentro muy ilusionado con la experiencia de poder correr mi primer mundial en España.

Había que sacarse esta foto

El sábado por la mañana llegamos a Pontevedra, y tras dejar las cosas en el hotel, recogemos el dorsal y nos dirigimos a vivir el AMBIENTAZO deportivo que se respiraba en la ciudad. Ese mismo día se disputaron las carreras Elite y paraduatlón. Animamos a Inma  Pereiro en su carrera y vibramos con el bronce de Emilio Martín en categoría masculina. Al día siguiente,domingo, sería mi turno. A las 8:30 de la mañana teníamos la salida los grupos de edad en distancia sprint, así que prontito para la cama y a descansar como se merece la ocasión.  Un par de tilas y a las 9 de la noche ya estaba yo jugando a las cartas con Morfeo.

Deslumbrante... ;)

A las 3:30 am, suena el despertador ¡A desayunaaaaar! Sí, amigos, sí, mi estómago es tremendamente caprichoso y muele despacio, 5 horas para hacer su trabajo, así que el madrugón es una vieja costumbre que respeto y con la que siempre me fue bien. Tomo mi tazón de cereales con un batido de chocolate, dos “casadiellas” de Felechosa (repostería asturiana de nuez y avellanas) y a la cama de nuevo hasta la hora de la carrera.

7:00 am  Todo en marcha

A las 6 vuelve a sonar machaconamente el despertador ¡Maldita sea! Estaba en lo más profundo del sueño. Me levanto,  pongo el chándal y voy a dejar la bici al box. Estudio con minuciosidad la transición, porque tiene tela. Allí conozco al tinerfeño Rubén Velázquez, campeón de España de duatlón cross y que iba a competir en mi grupo de edad. Sin duda uno de los favoritos al triunfo. Hablamos acerca de la alta participación inglesa en la prueba y, aunque no conocemos a nuestros rivales, viendo los países de procedencia (Estados Unidos, Canadá, México, Inglaterra, Armenia, Australia…) suponemos que el nivel será alto.

Digan lo que digan este es el peor momento de todos... concentrado

Tras dejar la bici vuelvo al hotel a terminar de prepararme y 1 hora antes de la prueba ponemos rumbo al estadio, donde se daría la salida.
¿Nervioso? La verdad es que no. Es una de las carreras con menos presión de las que he corrido, y lo tengo todo muy estudiado: Mi idea es hacer un primer 5000 a 3:15, guardando fuerzas para  una bici de 20 kms, sin drafting, en la que se va a decidir la carrera. De la dureza del sector ciclista había sido avisado el día antes, pues los primeros 10 kms son todo subida y con el viento en contra. ¿Plato pequeño o plato grande? ¿Cabra o flaca? La diversidad de opiniones entre los duatletas era patente antes de la salida.
El tiempo pasa rápido y cuando me quiero dar cuenta ya estoy en la cámara de llamadas. Esto arranca señores… TRES…DOS…UNO…PEEEEEEEE

La armada española de GGEE liderando la carrera

Salimos de la pista de atletismo como cohetes. Empiezo relajado los primeros metros y me adelanta hasta el apuntador. Se forma un pequeño embudo en la primera curva… ¡Cómo se corre en un mundial, madre mía! Empezamos la primera de las dos vueltas con un repecho de los que quita el hambre. Al coronar es cuando empiezo a recuperar posiciones. No sé cómo voy en mi grupo de edad, pero de la general calculo que el 50 o así. 

El Campeón del Mundo en GGEE 20-24 Ben Cockburn y yo al fondo en el primer sector

Mucho rojo veo yo aquí Rubén ¡Voy a por tí! jejeje

Me paso toda la primera vuelta adelantando gente, muchos de ellos con dorsal blanco (GE 20-24), como yo, contra los que me estoy jugando la carrera. Uno de los últimos rivales que adelanto en esta vuelta es Alberto Romero, a quien ya conocía del pasado Campeonato de España y tenía en la lista de candidatos a las medallas. Las piernas van genial y pese a rodar a 3:15 el km. me veo muy entero; buena señal. Subimos la cuesta por segunda vez y continúo progresando.

Postureo

Con el bueno de Sergio. Toda la temporada corriendo juntos en Cantabria y en el Mundial también :)

 Consigo llegar a la transición entre los 20 primeros y tercero de mi grupo de edad, tras Rubén Velázquez, el chico con el que había estado conversando por la mañana y el británico Ben Cockburn. A escasos 30 segundos vienen los españoles Alberto Romero, José Manuel Vázquez y los ingleses Benjamin Griffiths y Harry Villa.

Arrancando la moto

Transición larguíiiiiisima, rodeando el campo de fútbol del estadio, y a por los 20 km de bici. Elegí la cabra para esta ocasión, y pese a los 10 kms de subida iniciales no me equivoqué en absoluto. Al no soplar demasiado viento pude meter el plato grande y acoplarme desde el principio. Cruzamos el famoso puente atirantado y cogimos la Nacional que va hacia Santiago. Por delante veo a un grupito de españoles ¡A por ellos! Para mi sorpresa los adelanto a todos sin mucho esfuerzo y me pongo a liderar el grupo perseguidor. Entre los adelantados estaba Rubén y el inglés Cockburn que habían corrido más rápido que yo, así que voy ¡PRIMERO DE MI GRUPO DE EDAD!

¡¡¡Allá vamos!!!

Pedaleo a tope pero no consigo despegarme del numeroso grupo que me sigue y me adelanta nada más empezar la última subida. Duro, durísimo se me hizo este tramo antes del giro, teniendo que meter plato pequeño y sufriendo para no descolgarme. Como la carrera es sin drafting, debemos  tener cuidado con los pelotones que se forman. No me gusta el grupo que me acaba de engullir, así que nada más coronar  arreo y me pongo el primero del mismo, llegando al cono en cabeza del primer grupo perseguidor. Empieza la bajada y sigo tirando. Me encuentro bien y los primeros no nos sacan mucho. Nos vamos acercando a Pontevedra y justo antes de la transición me veo engullido de nuevo por ese gran grupo que me seguía. Da rabia porque cuando te pasa uno también te pasan 20, y durante unos segundos es imposible mantener la distancia reglamentaria con el que va delante. 

Rubén y yo bajándonos primero y segundo

Vuelvo a repetir la estrategia de la ida y pego un acelerón para ponerme el primero de nuevo. Esto me permite bajar de la bici en cabeza de mi grupo y entre los 10 primeros absolutos. Miro a la derecha y veo que Rubén ha llegado a la transición conmigo. Al británico no lo ubico, pero presiento que las medallas nos las vamos a jugar nosotros tres  Corro por la eterna zona de boxes hasta mi sitio, dejo la bici, el casco, zapatillas puestas y a volar. 

Más igualado imposible
Consciente de que mis compañeros de viaje corren más que yo (así lo habían demostrado en el primer segmento a pie) me centro en los de mi grupo de edad. Salgo del estadio y ¡¡¡ voy primero!!! No me lo creo, si me dicen que me iba a bajar de la bici en ese puesto diría que no es posible. Rubén viene por detrás muy fuerte y yo voy un poco “palmao”, pero empiezo a oler el pódium.

Muriéndome (Toma 1)

Muriéndome (toma 2)

 No se me puede escapar en 2,5 kms, estoy en mi terreno. Subo la cuesta y sufro, sufro mucho, pero no pierdo posiciones. El esfuerzo de la bici me está pasando factura, aunque la lucha por las medallas hace que me olvide todo y solo corra. Entramos en el casco antiguo de Pontevedra y veo el cartel de 1,5 kms a meta. Es entonces cuando vislumbro la figura esbelta del británico Cockburn, que aparece por mi derecha, se me pone en paralelo, me mira el dorsal, me mira a la cara y aprieta. ¡Mierda! Lo intento seguir pero cedo algún metro y me es imposible pillarlo. Aún falta 1km y voy 10 metros por detrás. Llegamos a la última recta antes de entrar al estadio y llevo la cara desencajada, pero los ánimos del público que abarrotaba todo el paseo paralelo a la ría mitigaban mi agonía. Miro para atrás y no veo a nadie. “Pufff la que estás liando Pelayín, la que estás liando”… pienso.



Al contemplar el estadio empiezo a creer en la medalla. Entro en la pista de atletismo, miro para atrás una y mil veces, confirmando que tengo margen suficiente, piso la alfombra azul de recta de meta y en la valla veo a Vanesa que me entrega la bandera de España. Enarbolando la bandera cruzo el arco de meta como ¡¡¡SUBCAMPEÓN DEL MUNDO de GE 20-24!!!








 El británico Ben Cockburn se proclamó campeón del mundo, Congratulations!; mientras que mi amigo tinerfeño, Rubén Velázquez, por el cual me alegro mucho, se llevó el bronce. Este último es el duatleta con el que más he hablado durante el fin de semana y con quien ahora comparto una buena amistad. ¡Enhorabuena amigo!

Recién sudaditos los tres. Podium de Grupos de Edad 20-24
Fue cruzar la meta y empezar a vivir un sueño hecho realidad. Se me olvida el cansancio acumulado por el esfuerzo y corro a la grada a abrazarme con Vanesa y con mi familia: mis padres, mis tíos, Cris y su padre, Poo, Isra, todos emocionados. La emoción me embarga a mí también, pero no me sale una sola lágrima. De camino por la grada me felicita el público que me había visto llegar segundo. Pasamos media hora de fotos e intentando serenar los ánimos. Me acuerdo de todos, los que están y los que no han podido estar pero me han dado la fuerza necesaria para conseguirlo. Los que me han acompañado hasta aquí en el camino, aguantando mis horarios espartanos, ayudándome en los entrenamientos, los que han puesto un granito de arena económicamente para que pudiera estar en Pontevedra (Nuteca, muchas gracias)  disputando este mundial. Me acuerdo de quienes se alegran por mí y de los que en el 2011 me dieron el impulso que necesitaba para empezar a practicar este deporte…








Para un deportista amateur, como yo, que no dispone de los medios ni de la dedicación que requiere competir en categoría élite, poder hacerlo en Grupos de Edad es una oportunidad para disfrutar de este deporte y enfrentarse, en igualdad de condiciones, a rivales de otros países en los que el duatlón goza de un altísimo nivel.

 He vivido en Pontevedra el momento más feliz de mi vida deportiva, he disfrutado como el que más y he visto cómo este sistema de competición, tan criticado por muchos, ha hecho feliz a mucha gente durante esos días. Se le podrá dar más o menos valor a lo conseguido, pero las sonrisas, las lágrimas de emoción, la ilusión y, en definitiva, la alegría de la gente que participó en este mundial no hay dinero que lo pague ni comentario que lo destruya. Y con eso me quedo.

La jornada fue increíble en todos los sentidos. Todo se desarrolló en un magnífico día de sol que sirvió para realzar el espectáculo deportivo por las calles de la acogedora y hermosa ciudad de Pontevedra, a la que, a partir de ahora, le tendré un cariño especial.

Como la ocasión lo exigía, junto a mi familia, nos fuimos a comer para celebrarlo a un restaurante al pie del circuito. Así, entre plato y plato tuve tiempo para salir a animar al resto de españoles (sobre todo a cántabros y asturianos) que participaban en la distancia standard, y especialmente a mi compañero de equipo y gran amigo Poo, que es el mejor ejemplo de ilusión, alegría y felicidad en el deporte.

Tuvimos que esperar a las nueve de la noche para recibir las medallas en una ceremonia muy bonita, sobre el escenario donde luego iba a actuar la orquesta Panorama y ante miles de personas. Fue allí donde más saboreé lo conseguido. Subí al pódium con la bandera de España, miré abajo y allí estaban Vanesa y Cris, luego miré al cielo donde también está mucha gente que me quiere y que seguro que están compartiendo esa felicidad conmigo, me colgué la medalla al cuello y se lo dediqué a ellos.

Pufff se me pone la piel de gallina todavía ahora

Venga p´acá que la medallita es mía 

¿Y ahora, qué? Pues ahora a seguir como siempre, mi día a día, mis entrenamientos con mis amigos de siempre, mi equipo y las carreras de Cantabria, donde llevo disfrutando 3 años del duatlón y del triatlón. Además, nuevos proyectos me esperan, proyectos que han surgido en estos días y de los que informaré dentro de poco.

También quiero aprovechar para lanzar una petición de colaboración de material deportivo y otras ayudas que me permitan alcanzar nuevas metas. Llevo muy poco en esto y mi curriculum no es muy extenso, pero prometo seguir mejorando y poniéndole ganas. Si alguien está interesado en colaborar conmigo se lo agradezco anticipadamente, ¡¡¡ lo mejor está por llegar!!!…

Saludos y muchas gracias!! J

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