Tras la
victoria de Somo el domingo anterior, la semana, hasta la prueba de Colindres, pasó
volando. Quizás la motivación por el primer puesto o lo bien que me estoy
encontrando entrenando, hicieron que llegara a Colindres con la moral por las
nubes.
El sábado
a las 15:00h salí de Santander con un calor de espanto. Una vez allí, ritual
típico: recogida de dorsal, charlar con unos y con otros, dejar las cosas en
boxes… Esta vez, tengo que agradecer a Sergio Bolado por sujetarme la mochila
toda la carrera además de cantarme los tiempos que me sacaban los primeros en
cada sector. Antes de tomar la salida vi que el nivel de participación era
mayor que en Somo. A los que competimos el fin de semana anterior se sumaron
otros triatletas como Sergio Sobrino, Marcos Bardón o Eduardo, un chico Vasco que
había quedado 2º en el triatlón de Alto Ebro. A priori la cosa iba a estar
complicada, y más, sabiendo que la bici era sin drafting, lo cual no me
beneficia nada.
Unos
minutos antes de la salida nos fuimos metiendo al agua los trialtetas. En
total, algo más de 150 valientes chapoteábamos nerviosos en el interior del
puerto colindrés. Me coloqué por la
izquierda, en primera fila, atento a la boci… PEEEEEEEEEE!! Salida a tropel!!
Salgo
bien, en primera línea y de frente a la primera boya, pero a los pocos metros
el ojo izquierdo se me llena de agua y tengo que parar. Me recoloco la gafa y
sigo, pero se me vuelve a meter agua. Desisto y voy con el ojo izquierdo
cerrado todo el tiempo. Entre la primera y segunda boya recupero posiciones y
me pongo a pies de Íñigo Calderón, buena señal, porque es un gran nadador. Voy
cómodo a sus pies, quizás demasiado, pero no me la juego a adelantarle porque
no veo nada por culpa del agua en el ojo izquierdo. Cuando por fin avisto la
alfombra roja doy un arreón y supero al grupo en el que iba para salir del agua
sexto. Pero nada más salir del agua la empiezo a liar… La cremallera del
neopreno no baja y yo, desesperado, veo como me pasan en la transición TODOS
los favoritos, Marcos, Sobrino, Román Molero y Miguel Ruíz entre otros.
Hago
una mala transición y empiezo la bici a unos 100 metros de este grupo. Al
principio la carretera pica para arriba. Cojo
a Marcos como referencia y le mantengo la distancia, pero a los 4 kms
mis piernas me piden más ritmo y le paso para ir en caza del segundo grupo de
carrera donde iban todos los gallos. Por el camino dejo atrás a Carlos
Gutierrez del Santander, que había hecho una gran natación.
Cuando llego a la
altura del grupo, dudo si pasarles a todos, lo cual supondría pegarme un gran
calentón, o quedarme detrás descansando. Decido ponerme a cola de grupo para
recuperar un poco, pero sin hacer drafting. Pronto, Marcos me pasa y hace lo
mismo con los 6 o 7 de delante, va como un obús. Tras girar en el cono decido
espabilar, porque voy sobre el puesto 12 y se me está escapando la carrera. Por
delante, Sergio Sobrino rodaba líder con más de 1 min respecto a nosotros. No
quiero perder la referencia de Marcos, así que delanto a Emilio, el junior del Tripi, Mario Arias
y a alguno más, y les voy manteniendo la distancia al grupo de Miguel Ruíz,
Alonso Romayor, Román Molero y Marcos. En la última subida cedo unos segundos y
llego a la transición a 30 segundos de este grupo, en el puesto 7. Me cantan en
boxes que voy a 1 min 45 seg del líder y a 45 segundos del pódium.
En ese
momento vi lejísimos la posibilidad de subirme al cajón, porque la carrera a
pie eran solo 4 kms y las sensaciones que tenía tras la bici eran malas. Así
que no me cebé en los primeros metros y fui a ritmo, de menos a más. En la
primera vuelta supero a Guillermo Ruíz y Alonso Romayor, y me pongo quinto. Al
girar en el cono veo que Sergio Sobrino es inalcanzable y Marcos y Román Molero
(2º y 3º en ese momento) me sacan aún bastante. En paso por meta de la primera
vuelta alcanzo a Miguel Ruíz.
Ya voy 4º y con unas sensaciones mucho mejores.
Acelero un poco y llego a la altura de Fernando Román, que se retira por un
golpe de calor (no me extraña con lo que pegaba el sol). El siguiente era
Marcos, aún estaba unos 40 metros por delante pero todavía faltaba 1 km para
llegar, así que apreté el culo y a falta de 700 metros para meta le adelanto y
me pongo segundo. Veo que va a buen ritmo, así que para evitar sustos pego un
nuevo arreón y saco unos metros, luego relajo, doy el último giro y entro en
meta segundo, ante la sorpresa de Fede, que por megafonía anunciaba mi llegada
inesperada en segunda posición.
Al
llegar, felicito a Sergio Sobrino por el repaso que nos ha dado y espero a que
vayan llegando a meta el resto de compañeros. Me encanta ese momento en el que,
al cruzar la meta, todos dejamos de ser rivales para convertirnos en amigos y
nos fundimos en un abrazo. Para mí, esa
es la grandeza de este deporte.
Haciendo
balance de la carrera, la verdad es que no puedo estar más satisfecho. La
natación fue muy buena pese al inconveniente del agua en la gafa. De no haberme
pasado eso habría nadado mucho mejor. En la transición la lié un poco y en la
bici fui muy bien, pese a no estar muy acostumbrado a la cabra, rodé bastante
rápido y supe regular para luego, en la carrera a pie echar el resto y meterme
en pódium.
¡Qué
dos fines de semana! Primero en Somo y segundo en Colindres, mis dos primeros
pódiums absolutos en triatlón. Si me lo cuentan hace justo 1 año, cuando el 19
de Julio tuve que pasar por quirófano para una operación delicada con anestesia
general que me tuvo parado más de un mes, no me lo creo. Y un año más tarde
estoy ahí, disfrutando con los mejores de Cantabria y luchando por la victoria
(siempre que Félix nos deje).
Después
del pódium, uno de los patrocinadores del equipo, Anchoas Rezumar, nos invitó a todos a tomar
unas anchoas. Pasamos un buen rato charlando y comiendo en el bar La Barca de
Treto. Muchas gracias por la invitación y por el compañerismo que se respira en
este equipo, Camargo Astillero.
Antes
de cerrar esta entrada quiero animar a mi compañero del IH, Omar,
que no tuvo un buen debut en triatlón al tener que retirarse en la bici, pero
que seguro que volverá a intentarlo en Septiembre para quitarse la espinita.
Con un poco más de entreno podrás conseguirlo ¡crack!