martes, 5 de marzo de 2019

MEDIA MARATÓN DE POLA DE SIERO 2019: ¡Ni un "putu" metro llano!


“Pa cuatro días que me quedan en el convento…”

Correr la Media Maratón de Pola de Siero a tan solo 2 semanas de los 10 km de Laredo, puede que no sea la mejor forma de gestionar las fuerzas ni optimizar el rendimiento para dicha fecha. Pero yo necesito competir, necesito ese incentivo que dan las carreras, donde el dorsal camufla el cansancio, los dolores y el sufrimiento, y te hace rozar tus límites. En definitiva, si me lo paso bien compitiendo, si soy feliz de esa forma ¿Por qué no hacerlo? Y con esas me inscribí a la, posiblemente, Media Maratón más dura de Asturias (de asfalto). Los 300 metros de desnivel positivo acumulado a lo largo de los 21 km de recorrido entre la Pola y Sariego lo confirman.

Después de los 10 km de Oviedo- Las Caldas me puse malo, y durante tres semanas he arrastrado un catarro que no acababa de irse. El catarro vino y con él se fueron las buenas sensaciones entrenando. Durante tres semanas no conseguí acabar ni un solo entreno de los duros, y precisamente por eso me apunté a Siero, para olvidarme de las penurias semanales y disfrutar de la carrera.

Sin ninguna expectativa de resultado o tiempo, más allá que darle caña, nos plantamos en línea de salida junto a más de 400 atletas. Varias caras conocidas y con opciones de triunfo o de dar guerra en puestos de cabeza: Moha, Raúl, Javi Mier, Fran, Jorge, Manu, Maxi… Estas son las típicas carreras en las que la diferencia entre quedar tercero o décimo lo deciden pequeños detalles. Mucha igualdad a priori (salvo los dos primeros), lo cual motiva mucho más. De antemano sé que aún no estoy en mi peso y meterme en una Media en la que son todo cuestas significaba enfrentarme a un escenario más hostil. Pero lo difícil motiva, así que ¡a por ello!



A las 10:30 se dio la salida. Acostumbrado a inicios lácticos de carreras de menos de 10 km, la salida de la Media de Siero me pareció muy muy tranquila. Dimos la primera vuelta por el pueblo todos juntos, al ritmo de Raúl y Jorge, antes de enfilar la subida que nos sacaría de la Pola en dirección a Sariego. No fue hasta el km 2 cuando cada uno fue tomando posición. Raúl, Moha y Jorge se fueron con facilidad. Detrás de ellos salió Maxi, y yo me quedé descolgado en la primera cuesta, tratando de no hipotecar la carrera en los primeros kilómetros. Enseguida me pude hacer una idea del grupo que me tocaba. Javi Mier, Fran, David Belver, Iván Martínez y yo formábamos el quinteto perseguidor de los cuatro de cabeza.

Foto de "El Fielato"
Como el recorrido no tenía ni un solo metro llano, eran todo repechos cortos de subida y bajada, el ritmo era muy dispar. En las bajadas me iba unos metros por delante del grupo, y en las subidas me pillaban y me soltaban unos metros, yo siempre con la mente fría, sabiendo que al llegar arriba les podía volver a pillar. Al paso por el kilómetro 5 vemos como Jorge, que iba en cabeza, vuelve caminando. Se acaba de retirar uno de los favoritos, y eso aumenta las opciones de todos de optar al pódium (hasta el 5º en esta prueba).

Foto de "El Fielato"
El primero en quedarse del grupo es Iván, así que ya solo somos 4 los que a priori nos vamos a disputar las 4ª y 5ª plaza. Los kilómetros van pasando con la misma dinámica, me quedo en las subidas y engancho en las bajadas. Pero en el kilómetro 7 abro un poco más de hueco bajando y luego ya no me pillan subiendo. Esto me permite comenzar a distanciarme del grupo, pero sin la sensación de haber acelerado ni de haber metido una marcha más. Las sensaciones son buenas y preveo una carrera en solitario, que, con todo lo que queda, puede hacérseme larga. Pero mis temores de quedarme solo desaparecen cuando en el km 9 Fran llega desde atrás como un tiro y me engancha. Viene mucho más fuerte pero me da la sensación de que baja el ritmo al alcanzarme, porque soy capaz de seguirlo, forzando un poco, pero lo sigo. Llegamos juntos a la Vega de Sariego, punto de giro en el kilómetro 11. Lo peor está superado, de ahí al final, aunque no deja de haber repechos, la tendencia es descendente.

Foto de Tano González
Fran y yo afrontamos el regreso juntos, pero soy consciente de que él tiene una marcha más que yo no tengo. Y esa marcha la aprovecha en el kilómetro 13, precisamente en un repecho, y se empieza a ir. No puedo seguirlo, y me limito a ver como la mancha amarilla del Saporo se hace cada vez más pequeña.

Me quedo en quinto lugar en tierra de nadie. No las tengo todas conmigo. Javi y David son muy constantes y como me despiste me pillan. Al poco de soltarme Fran, noto que muscularmente empiezo a ir justo. Es el km 14, y decido tomar el gel que llevaba, pero al intentar abrirlo con la boca se me escurre de las manos y lo pierdo ¡Mierda! Esta vez sí que preveo que la he cagado. Faltan 7 kilómetros que pueden hacerse eternos si muscularmente empieza uno a flojear.



Trato de concentrarme en cada zancada y pensar en todos los entrenos en ayunas que llevo hechos. Noto que mi cuerpo empieza a cambiar el tipo de “combustible” y reduce el consumo de glucógeno para tirar más de grasas (tranquilos que aquí hay “diesel” para largo). Sensación muy entrenada y conocida, que, pese a no ser agradable, no me supone ningún agobio. Sé que si me mantengo en zona sub-umbral de pulso voy a llegar sin mermar el rendimiento. Solo tengo que evitar calentarme en los repechos y ser constante.

Los últimos kilómetros no son fáciles de gestionar, entre la sensación de ir vacío, el tener que regular y la presión de los que vienen por detrás. No quiero girar la cabeza hasta falta de 1 km. Cuando lo hago, ya entrando en La Pola y tras coronar el último repecho, me percato de que nadie me sigue de cerca, así que los últimos metros por las calles de la Pola los disfruto mucho para entrar 5º en meta y 3º Sénior, con un tiempo de 1h 14’ 17”, creo que bastante decente para los 300 metros positivos que tenía la prueba.



Moha y Raúl comparten victoria con algo más de 1h 12’ 30”, tercero es Maxi y cuarto Fran. Yo me voy contento con las sensaciones, el puesto y el ambiente tan genial que hay en estas carreras.



¿Habré hipotecado la preparación de los 10 km de Laredo? Es posible, pero…

¡QUE ME QUITEN LO BAILAO!

Buenos entrenos a todos y, recordad, lo más importante del deporte es DISFRUTARLO

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