Correr en Asturias siempre es
especial, pero si además te encuentras con carreras como esta, los 10 km de
Cabo Vidio, el listón se pone cada vez más alto. Y me refiero a la organización
de la prueba. Es un lujo ser partícipe de la fiesta que se organiza en Oviñana
cada año con motivo de la “carrera del centollo”, así conocida por repartir un
centollo a cada uno de los 500 participantes, además de muchos varios lotes
adicionales a los 5 primeros de cada categoría.
Foto: Carreras Asturias |
Llegar a Oviñana y encontrarte a
los paisanos del pueblo dirigiendo el tráfico y habilitando aparcamiento en
fincas privadas ya deja ver el nivel de compromiso con el evento ¡Qué lujo!
Llegamos una hora y media antes
de la carrera, con tiempo para saludar a la gente, disfrutar del ambiente de
gaitas y animar a los más pequeños en las carreras que precedía a la nuestra.
Hacía una semana del “exceso” de Laredo, y durante estos 7 días no hice nada de
intensidad a pie, aunque sí en la piscina. Por tanto, las sensaciones eran
bastante buenas y a expensas de ver cómo respondía el cuerpo a esfuerzos altos,
la cosa pintaba bien.
Hice un calentamiento largo antes
de ir para línea de salida, junto al resto de los 500 corredores. Tarde
perfecta, soleada, unos 16 grados y algo de viento. El circuito era de dos
vueltas, con subidas y bajadas tendidas y un tramo de caminos con bastantes
curvas. En total 9,9 km poco propicios para hacer buenas marcas pero muy
propicios para disfrutar de las vistas, camino del faro de Cabo Vídio.
Foto: Panella Fotografía |
A las 17:40h dieron la salida y,
al contrario que en Laredo, esta vez empezamos relativamente tranquilos. De
inicio, el corredor del Ribadesella Juanjo García abrió un pequeño hueco con un
numeroso grupo donde me encontraba. Al llevar cada uno un dorsal en la espalda
con la categoría a la que pertenecíamos, podíamos controlar con quién estábamos
realmente jugándonos la “centollada”. El primer kilómetro me entretuve “fichando”
a la gente: Jordán, Pedrouso, Belver, Tejedor, Dioni, Villarmin… ¡Pufff! ¡sí
que había gallos en Oviñana! Pasamos el kilómetro 2 agrupados, y con unos
metros de desventaja respecto al escapado del Ribadesella, con quien
contactamos después de dar la vuelta en el faro de Cabo Vídio.
Personalmente, aunque no iba con
una percepción de esfuerzo demasiado grande, tampoco tenía la sensación de haber
recuperado del todo las piernas, así que me mantuve un poco tapado, intentando
controlar los ataques de Pedrouso. Entre
él y Juanjo, fueron seleccionando el grupo, que al paso por la primera
vuelta se había quedado reducido a cinco unidades. No había nadie de mi
categoría entre nosotros, por lo que el premio del centollo estaba asegurado,
pero ya que estábamos, había que sufrir un poco para meterse en pódium.
Foto: Panella Fotografía |
Al
inicio de la segunda vuelta las cosas se pusieron tensas, y en el kilómetro 7,
Villarmin (2h:24’ en maratón ¡casi nada!) lanzó su ataque. Pedrouso salió
detrás y yo me quedé con Jordán y Juanjo. Si este ataque hubiese sido a falta
de uno o dos kilómetros, habría reaccionado, pero estábamos en el kilómetro 7 y
no tenía las mejores sensaciones. Sin volverme loco fui cerrando el hueco con
Pedrouso hasta pillarlo en el giro del faro. En ese cambio Juanjo cedió, y nos
quedamos solo tres para luchar por el segundo y tercer puesto, porque Villarmin
tenía dos marchas más y seguía aumentando la diferencia.
Foto: MV Foto |
Foto: MV Foto |
A medida que iba acelerando, veía
como Jordán se cedía, pudiendo relajar un poco y entrar segundo en meta, con un
tiempo de 32’:40”, casi la misma marca que en Laredo. Aunque el recorrido era 100 metros más corto,
también era mucho más duro. Buen ritmo para haber sido una carrera táctica.
Creo que no estaba para mucho más y lo de Laredo lo noté bastante. Además, tener
compañeros como Juanjo y Pedrouso, que llevaron siempre la iniciativa de la
carrera, y Jordán, que apostó fuerte en los últimos dos kilómetros, da más
mérito al resultado.
El fin de fiesta se puso con el
reparto de más bolsas de centollos y otros premios para los primeros de cada
categoría. Tengo claro que hace mucho más el que quiere
que el que puede, y la organización de Oviñana lo demostró ¡Chapeau y gracias
por todo!
Nos vemos en la siguiente….