Tres semanas de inactividad competitiva y de descanso activo
tras el Medio de Valencia fueron suficientes para regenerar cuerpo y mente,
recuperar los kilos de la “felicidad”, como yo les llamo, y volver a vestirse
de corto para comprobar hasta qué punto se puede vivir de rentas.
En una preciosa mañana de verano y en la tranquila (en
fechas estivales) ciudad de vetusta, se dio cita la edición de este año de los
10 kilómetros de Oviedo, patrocinada en esta ocasión por Renault, y que forma
parte de un circuito a nivel nacional de esta distancia.
Volver a correr en casa siempre motiva y es un aliciente,
pero hacerlo sin estar al 100% y después de haber ganado la San Silvestre y, el
año pasado, esta misma prueba, hace que uno se ponga un poco de presión. Pero
no, no iba a salir a los 10 kilómetros de Oviedo presionado, iba a hacerlo para
disfrutar-sufriendo por las calles de mi ciudad.
Tranquilo y relajado bajé, como de costumbre, trotando desde
casa hasta la calle Uría, salida y meta de la carrera. Aproximadamente 600
inscritos (más que público) listos para dar un par de vueltas a un circuito de
ida y vuelta hasta el barrio ovetense de la Florida. En parrilla de salida
viejos conocidos que volvían a por la corona carbayona, como Pablo Ibáñez, y también otros rivales duros como Adrián
Iglesias, Fernando Canellada, Máximo Cordero, Alfredo Begega… o “el menda” que
aquí escribe y que, en la medida de lo posible, iba a intentar hacer algo
decente en la prueba.
Alargué el calentamiento hasta un poco más de media hora
para terminar de soltar los mocos que tengo agarrados a la garganta por el
catarro de esta última semana, y con la tráquea medio limpia me coloqué en
primera línea. No me gusta ser protagonista de la película al principio, pero
salir bien posicionado es importante para evitar tropezones y controlar la
cabeza de carrera desde el comienzo.
Se da el pistoletazo de salida y no tarda nada en estirarse
el grupo. Pablo Ibáñez nos pone en fila antes de terminar Uría y girar hacia
independencia. ¡¡Puff!! ¡Qué poco acostumbradas tengo las piernas a estos
ritmos! Rezando para que la musculatura se adapte rápido llegamos a la primera
subida a Viaducto Marquina, en la que el ritmo se ralentiza, y yo lo agradezco.
Sé que cuando enfilemos la Losa, Pablo va a poner su ritmo y, muy probablemente
se va a ir. Dicho y hecho, lo que tardó en ponerse la carretera plana fue lo
que tardó Iba en emprender su aventura en solitario. Por detrás me quedé yo,
agazapado a la sombra de Adrián Iglesias, Alfredo Begega y Máximo Cordero. No
quería perder la estela de este tren, pues en él iban dos de los vagones
candidatos a los tres puestos de pódium. Poco antes del kilómetro tres y cuando
le estaba cogiendo el punto a la carrera, Adrián cambió el ritmo y se fue sólo
a por Pablo. Yo me quedé detrás de Begega y Máximo, aguantando como podía el
intento de ambos de cerrar el hueco con Adrián. En la bajada a Viaducto
Marquina, Arturo Prieto, que hacía la carrera de 5 km, nos adelanta como un
obús. Me imaginé que ese cambio sería para entrar ya a meta y ni yo ni ninguno
de los del grupo hizo ademán de seguirle. Al disputarse en paralelo la prueba
de 5 km y la de 10km, corríamos el riesgo de cebarnos con los que iban a por la
corta, y eso me pasó a mí cuando en el kilómetro 4,5 Máximo aceleró ligeramente
y yo, pensando que era rival para la de 10 kilómetros, me calenté más de la
cuenta y sufrí para que no se me fuera esa rueda… Pero al pasar por meta para
iniciar la segunda vuelta y ver que él se mete en la de 5km me vine abajo… ¡La
hemos liado! Pensé.
Me encuentro en tierra de nadie, con media carrera por
delante y con un ritmo que sé que va a ir a menos… Ya no recordaba lo que era
sufrir así. Decido, por tanto, bajar el pistón y dejar que Alfredo Begega
vuelva a contactar conmigo para ir acompañado toda la última vuelta. La falta
de series y de ritmos altos en las piernas no me daban confianza para tirar yo
solo, por lo que me refugié a la estela de Begega, que me dio caza antes del
kilómetro 6. ¡Cómo me hizo sufrir! Del 6 al 7 a punto estuve de tirar la
toalla, pero pensar en renunciar a un pódium en Oviedo cuando lo tienes tan a
tiro es como clavarte un pincho en el culo, te hace saltar más y sufrir lo
indecible. Al girar en la Florida y afrontar la vuelta ya no quedaba otra…
Había que lucharlo. Afortunadamente el ritmo no fue a más, e incluso nos dimos
un pequeño respiro tras comprobar que el tercer y cuarto puesto iba a estar
entre nosotros y que no nos seguía nadie cerca.
En un panorama similar al vivido el año pasado con Fernando
Canellada, pero esta vez luchando por ser tercero en vez de primero (y gracias),
enfilamos el último kilómetro situado en mitad de la Calle Uría. Ya se huele la
meta, y no sé que tienen las metas en Oviedo que te anestesian del dolor y te
dan la sensación de tener una marcha más. Con la idea de cambiar el ritmo a
falta de 400-500 metros, fuimos recorriendo la Calle Uría, y en el mismo
escenario del pasado año, junto al Filarmónica, saqué esa marchita que tenía
guardada y pude despegarme de Alfredo para entrar tercero en meta y disfrutar,
inesperadamente, de un pódium cimentado en las rentas de este año 2016, que,
sorprendentemente, dieron bastante de sí.
33:06 fue el tiempo que tardé en completar los 10 (o un pelín
más) kilómetros de recorrido, casi e mismo tiempo que el año pasado pero en un
estado de forma mucho peor. Está claro que año a año la base aeróbica mejora y
la capacidad de sufrimiento también, por lo que con menos haces igual o más.
Los dos primeros… en otra liga. Hoy me hubiese gustado llegar en las mismas
condiciones que en Navidad para estar con ellos, con Adrián (1º) e Iba (2º),
pero no pudo ser, y sus cajones en el pódium se los ganaron más que merecidamente.
De hecho, agradecido estoy de poder compartirlo con ellos, aunque sea mirándoles
desde abajo.
Y tras este calentón vacacional va siendo hora de volver a
ponerse serio… Nuevos retos nos esperan, nuevos objetivos y nuevas motivaciones.
A partir de la semana que viene empieza la caña de nuevo… Algo gordo se está
cocinando….
¡¡KEEP GOING!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario