Está muy bien competir en tu región, pero de vez en cuando
viene bien salir al mundo exterior y ser conscientes del nivel que hay ahí
fuera en esto del triatlón.
Al igual que la temporada pasada, fui convocado por la
selección cántabra de Triatlón para la disputa del Cto de España de Triatlón
por Autonomías, en Almazán (Soria). Con unos cuantos triatlones ya a mis
espaldas, todos ellos corridos por el Norte (Asturias, Cantabria y País Vasco)
tenía muchas ganas de medirme a lo mejorcito de España, o mejor dicho, a correr
en la misma carrera que ellos.
EL sábado por la mañana, mismo día de la prueba, pusimos
rumbo a Almazán los integrantes de la selección cántabra, con Juanra al mando y
a sus órdenes Sergio Correa, Ánder Sáez, Jorge Cueto, Guillermo Ruíz, Marcos
Mendiola, Elena Villanueva, María Gómez,
Pilar Miralles y yo mismo.
El viaje en furgoneta fue entretenido y fuimos contando
batallitas de la temporada, cotilleos y demás entresijos. En definitiva, un
viaje muy agradable con gente con la que comparto una afición y con la que es
muy fácil llevarse bien.
Llegamos a Almazán a la hora de comer, fuimos a reconocer el
circuito de bici y nos volvimos al hotel, que en realidad era una casa rural
reconvertida a partir de una antigua estación de ferrocarril (La Estación del
Alma), muy pintoresco todo y muy agradable la zona para ir a pasar unos días.
Primero fueron las chicas las que pusieron rumbo al circuito.
Nosotros esperamos en el hotel hasta que fuera nuestra hora. La carrera era a
las 19:30 y se hace larga la espera.
Selección Cántabra de Triatlón 2015 (de izda a derecha, de arriba a abajo): Juanra, Sergio, Pelayo, Marcos, Ánder, Jorge, Guillermo, María, Pilar y Elena |
A eso de las 17:30 cogimos nuestros bártulos y nos dirigimos
a la zona de boxes y carrera a pie, para ver el final de las chicas y familiarizarnos
con la zona de natación y transiciones. La primera noticia nada más llegar no
fue nada halagüeña para mí, se nadaría sin neopreno. Las aguas marrones del río
Duero, a su paso por Almazán, estaban a una temperatura superior a 22 grados,
por lo que, de nuevo, iba a pasarlo mal en el agua. Además, si algo hay en el
triatlón español son buenos nadadores y hoy, en un triatlón sprint y con
drafting (bici completamente llana) salir bien colocado del agua suponía tener
mucho ganado.
Tras dejar el material en boxes fuimos a cámara de llamadas.
La turbiedad del río no invitaba a sumergirse en él, pero era lo que tocaba.
Puntualmente fuimos entrando en el río y colocados tras una boya. La salida se
daba desde el agua, y sin que me diera tiempo a oír la bocina, los 120
triatletas masculinos ya enfilábamos río abajo este primer segmento.
¿qué? ¿entramos o no entramos? |
La estrechez del río y el nivel de los participantes me
hicieron recular un poco en la salida y quedarme atrás para evitar golpes y
agobios. Me costó entrar en carrera pero antes de llegar a la boya donde se
giraba para volver, con corriente en contra, ya había adelantado varias
posiciones. Remontando río arriba levantaba de vez en cuando la cabeza y veía
tanto movimiento por delante que me parecía imposible no ir el último. ¡Cómo
estaban costando los 350 metros de vuelta! Se hacía difícil avanzar, pero
conseguí salir del agua sano y salvo en una discreta 100ª posición... Sin duda
la carrera estaba ya hipotecada, a la espera de ver si alguien fuerte en bici
podía ayudarme a remontar.
Casi cerrando carrera... |
Hice una transición alegre y empecé a pedalear solo, pero
pronto se me unió por detrás Luis Hevia ¡Qué sorpresa coincidir con él en un
Cto de España! Me alegró ver a mi vecino. Casualidades de la vida, vas a Soria
a correr un Cto de España de triatlón con la selección de una región que no es
donde naciste y coincides en bici con un vecino de Oviedo de toda la vida, con
quien había ido al colegio y con quien jugaba muchas tardes después de clase al
fútbol, en el CAU. Pues 15 años después allí estábamos los dos, pedaleando por
una misma causa y compartiendo pedales. Sin duda, si tengo que quedarme con
algo de esta carrera es con esta anécdota.
Pelotón de cola en bici |
Nos dimos relevos durante los 20 kilómetros de bici,
alcanzando a algún triatleta suelto que se iba uniendo al grupo, pero por
delante, los grandes pelotones rodaban muy rápido. Sergio Correa y Marcos
Mendiola iban en el tercero de ellos, mientras que Ánder, Cueto y Min rodaban
en el que nos precedía, de unos 25 integrantes y a quienes no fuimos capaces de
recortarles nada, llegando a correr a un minuto de ellos. Las sensaciones en
bici no fueron buenas, no tenía las piernas del triatlón del pantano del Ebro,
y al bajarme a correr tampoco funcionaban.
Tras una buena transición empiezo mi sector favorito
consciente de que voy en el puesto 100, aproximadamente, y lo más cercano que
tengo por delante es a un grupo de 25 a un minuto. Corro como puedo, pero sin
obsesionarme. El circuito es duro: dos vueltas con una subida puñetera que
parece que acaba en la siguiente curva pero no lo hace. Antes de completar la
primera vuelta empiezo a cazar gente del grupo que me precedía. El primero es
Min, que va tocado del gemelo y corre controlando. Pocos segundos después
adelanto a Ánder, tanto a él como al grupito de 5 con el que iba, y sigo para
adelante. Queda una vuelta y ahora sí me estoy divirtiendo, porque poco a poco
estoy pasando gente, y eso motiva. Empezada ya la segunda vuelta paso a Jorge
Cueto, ya soy tercer cántabro, y como estoy en puesto de puntuar lo doy todo
para seguir adelantando al mayor número de triatletas posibles y mejorar la
posición por equipos del pasado año. Por delante Sergio y Mendiola van fuerte y
muy lejos, ni siquiera llego a verles, y así, sin sobresaltos entro en meta,
contento de haber participado en una carrera de tanto nivel y en un discreto
72º puesto, condicionado por la natación, donde se me fueron completamente las
opciones de luchar por nada.
Remontando hasta donde se pudo |
Da un poco de rabia saber que tienes el nivel de
los primeros en bici y a pie, pero que cuando llegan estos sectores ya vas
cinco minutos por detrás de la cabeza de carrera, pero es lo que hay, y viene
bien, de vez en cuando, que te pongan en tu sitio.
Por autonomías logramos dejar por detrás a Asturias, Melilla
y La Rioja, por lo que repetimos, más o menos, el puesto del pasado año en
Navajas.
Y poco tiempo para recuperar, porque al día siguiente me iba
a tocar repetir carrera, esta vez en la modalidad de relevos mixtos, donde dos
chicos y dos chicas de cada selección competirían realizando cada uno un
triatlón súper sprint.
The boys!! |
La mañana siguiente me levanté demasiado cansado de
piernas... normal, digo yo, si el día anterior acababas de correr un triatlón,
finalizando a las 20:30 h.
El equipo cántabro lo formamos María, Sergio, Pilar y yo. Me
tocó la última posta porque al último relevista le correspondía hacer 500
metros más de carrera a pie, distancia que había entre la zona donde se daban
los relevos y la meta.
La primera posta la hizo María, que luchó como una campeona
para darle a Sergio el relevo. Ver a mi compañero desde fuera, sobre todo en el
agua, me hizo sentirme aún más orgulloso de poder estar luchando con él en las
pruebas cántabras ¡QUÉ NIVEL! ¡Qué manera de nadar! Sergio recuperó una
posición frente a Navarra. Pilar hizo la tercera posta y yo, ya preparado en la
zona de entrega del relevo, esperaba nervioso mi turno. Fui viendo como los
integrantes de las selecciones punteras se tiraban al agua para disputar el Cto
de España. Nuestro propósito era otro, no tenemos nivel para luchar contra
ellos, pero por lo menos estábamos dejándonos la piel por la selección. Pilar
me entregó el relevo por delante de Melilla y La Rioja. Mi objetivo era dar
caza a Navarra, que me sacaba un minuto al entrar en el agua.
A veces me creo Dios, caminando sobre las aguas... |
Tomé la decisión de nadar con neopreno y fue un acierto. Los
300 metros pasaron volando y le recorté 30 segundos al Navarro, aunque en la
transición perdí un poquito de tiempo quitándomelo, sin duda compensó ponerme
el traje. Empecé la bici solo, y a mitad de recorrido alcanzo al chico de
Navarra, y sin pararme a pensar le adelanto fuerte y no me coge la rueda. Sigo
tirando hasta boxes y abro un hueco de 20 segundos que en la carrera a pie va a
ser difícil que me recupere. Sufro mucho en los 2 kilómetros a pie y voy
mirando, de vez en cuando, al fondo, con la ilusión de ver a algún otro
corredor de otra selección. Pero mis deseos fueron en vano y entré en meta
finalmente en el puesto 15, igual que el día anterior y que mejora la
participación del combinado cántabro del pasado año, pues no vinieron chicas y
no habíamos podido correr el relevo.
Y con este viaje tan productivo y del que saco muchas
conclusiones positivas, aparco el triatlón hasta la "hornada" de
Septiembre. Comillas es el próximo objetivo triatlético, pero por el medio
tengo pensado correr las millas de Santander, Polanco y, una vez más, la milla
Élite de Selaya, a la que he sido invitado por mi club. Cambio de chip y ahora
a enseñarles a las piernas lo que es correr por debajo de 3´el km...
Saludos y sean todos muy felices
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