martes, 1 de septiembre de 2015

CAMPEONATO DE ESPAÑA DE TRIATLÓN POR AUTONOMÍAS (ALMAZÁN): De nuevo jugando a ser cola de león

Está muy bien competir en tu región, pero de vez en cuando viene bien salir al mundo exterior y ser conscientes del nivel que hay ahí fuera en esto del triatlón.

Al igual que la temporada pasada, fui convocado por la selección cántabra de Triatlón para la disputa del Cto de España de Triatlón por Autonomías, en Almazán (Soria). Con unos cuantos triatlones ya a mis espaldas, todos ellos corridos por el Norte (Asturias, Cantabria y País Vasco) tenía muchas ganas de medirme a lo mejorcito de España, o mejor dicho, a correr en la misma carrera que ellos.
EL sábado por la mañana, mismo día de la prueba, pusimos rumbo a Almazán los integrantes de la selección cántabra, con Juanra al mando y a sus órdenes Sergio Correa, Ánder Sáez, Jorge Cueto, Guillermo Ruíz, Marcos Mendiola, Elena Villanueva, María Gómez,  Pilar Miralles y yo mismo.
El viaje en furgoneta fue entretenido y fuimos contando batallitas de la temporada, cotilleos y demás entresijos. En definitiva, un viaje muy agradable con gente con la que comparto una afición y con la que es muy fácil llevarse bien.

Llegamos a Almazán a la hora de comer, fuimos a reconocer el circuito de bici y nos volvimos al hotel, que en realidad era una casa rural reconvertida a partir de una antigua estación de ferrocarril (La Estación del Alma), muy pintoresco todo y muy agradable la zona para ir a pasar unos días.
Primero fueron las chicas las que pusieron rumbo al circuito. Nosotros esperamos en el hotel hasta que fuera nuestra hora. La carrera era a las 19:30 y se hace larga la espera.

Selección Cántabra de Triatlón 2015 (de izda a derecha, de arriba a abajo): Juanra, Sergio, Pelayo, Marcos, Ánder, Jorge, Guillermo, María, Pilar y Elena


A eso de las 17:30 cogimos nuestros bártulos y nos dirigimos a la zona de boxes y carrera a pie, para ver el final de las chicas y familiarizarnos con la zona de natación y transiciones. La primera noticia nada más llegar no fue nada halagüeña para mí, se nadaría sin neopreno. Las aguas marrones del río Duero, a su paso por Almazán, estaban a una temperatura superior a 22 grados, por lo que, de nuevo, iba a pasarlo mal en el agua. Además, si algo hay en el triatlón español son buenos nadadores y hoy, en un triatlón sprint y con drafting (bici completamente llana) salir bien colocado del agua suponía tener mucho ganado.

Tras dejar el material en boxes fuimos a cámara de llamadas. La turbiedad del río no invitaba a sumergirse en él, pero era lo que tocaba. Puntualmente fuimos entrando en el río y colocados tras una boya. La salida se daba desde el agua, y sin que me diera tiempo a oír la bocina, los 120 triatletas masculinos ya enfilábamos río abajo este primer segmento.

¿qué? ¿entramos o no entramos?


La estrechez del río y el nivel de los participantes me hicieron recular un poco en la salida y quedarme atrás para evitar golpes y agobios. Me costó entrar en carrera pero antes de llegar a la boya donde se giraba para volver, con corriente en contra, ya había adelantado varias posiciones. Remontando río arriba levantaba de vez en cuando la cabeza y veía tanto movimiento por delante que me parecía imposible no ir el último. ¡Cómo estaban costando los 350 metros de vuelta! Se hacía difícil avanzar, pero conseguí salir del agua sano y salvo en una discreta 100ª posición... Sin duda la carrera estaba ya hipotecada, a la espera de ver si alguien fuerte en bici podía ayudarme a remontar.



Casi cerrando carrera...


Hice una transición alegre y empecé a pedalear solo, pero pronto se me unió por detrás Luis Hevia ¡Qué sorpresa coincidir con él en un Cto de España! Me alegró ver a mi vecino. Casualidades de la vida, vas a Soria a correr un Cto de España de triatlón con la selección de una región que no es donde naciste y coincides en bici con un vecino de Oviedo de toda la vida, con quien había ido al colegio y con quien jugaba muchas tardes después de clase al fútbol, en el CAU. Pues 15 años después allí estábamos los dos, pedaleando por una misma causa y compartiendo pedales. Sin duda, si tengo que quedarme con algo de esta carrera es con esta anécdota.

Pelotón de cola en bici


Nos dimos relevos durante los 20 kilómetros de bici, alcanzando a algún triatleta suelto que se iba uniendo al grupo, pero por delante, los grandes pelotones rodaban muy rápido. Sergio Correa y Marcos Mendiola iban en el tercero de ellos, mientras que Ánder, Cueto y Min rodaban en el que nos precedía, de unos 25 integrantes y a quienes no fuimos capaces de recortarles nada, llegando a correr a un minuto de ellos. Las sensaciones en bici no fueron buenas, no tenía las piernas del triatlón del pantano del Ebro, y al bajarme a correr tampoco funcionaban.

Tras una buena transición empiezo mi sector favorito consciente de que voy en el puesto 100, aproximadamente, y lo más cercano que tengo por delante es a un grupo de 25 a un minuto. Corro como puedo, pero sin obsesionarme. El circuito es duro: dos vueltas con una subida puñetera que parece que acaba en la siguiente curva pero no lo hace. Antes de completar la primera vuelta empiezo a cazar gente del grupo que me precedía. El primero es Min, que va tocado del gemelo y corre controlando. Pocos segundos después adelanto a Ánder, tanto a él como al grupito de 5 con el que iba, y sigo para adelante. Queda una vuelta y ahora sí me estoy divirtiendo, porque poco a poco estoy pasando gente, y eso motiva. Empezada ya la segunda vuelta paso a Jorge Cueto, ya soy tercer cántabro, y como estoy en puesto de puntuar lo doy todo para seguir adelantando al mayor número de triatletas posibles y mejorar la posición por equipos del pasado año. Por delante Sergio y Mendiola van fuerte y muy lejos, ni siquiera llego a verles, y así, sin sobresaltos entro en meta, contento de haber participado en una carrera de tanto nivel y en un discreto 72º puesto, condicionado por la natación, donde se me fueron completamente las opciones de luchar por nada. 

Remontando hasta donde se pudo


Da un poco de rabia saber que tienes el nivel de los primeros en bici y a pie, pero que cuando llegan estos sectores ya vas cinco minutos por detrás de la cabeza de carrera, pero es lo que hay, y viene bien, de vez en cuando, que te pongan en tu sitio.

Por autonomías logramos dejar por detrás a Asturias, Melilla y La Rioja, por lo que repetimos, más o menos, el puesto del pasado año en Navajas.

Y poco tiempo para recuperar, porque al día siguiente me iba a tocar repetir carrera, esta vez en la modalidad de relevos mixtos, donde dos chicos y dos chicas de cada selección competirían realizando cada uno un triatlón súper sprint.

The boys!!


La mañana siguiente me levanté demasiado cansado de piernas... normal, digo yo, si el día anterior acababas de correr un triatlón, finalizando a las 20:30 h.

El equipo cántabro lo formamos María, Sergio, Pilar y yo. Me tocó la última posta porque al último relevista le correspondía hacer 500 metros más de carrera a pie, distancia que había entre la zona donde se daban los relevos y la meta.

La primera posta la hizo María, que luchó como una campeona para darle a Sergio el relevo. Ver a mi compañero desde fuera, sobre todo en el agua, me hizo sentirme aún más orgulloso de poder estar luchando con él en las pruebas cántabras ¡QUÉ NIVEL! ¡Qué manera de nadar! Sergio recuperó una posición frente a Navarra. Pilar hizo la tercera posta y yo, ya preparado en la zona de entrega del relevo, esperaba nervioso mi turno. Fui viendo como los integrantes de las selecciones punteras se tiraban al agua para disputar el Cto de España. Nuestro propósito era otro, no tenemos nivel para luchar contra ellos, pero por lo menos estábamos dejándonos la piel por la selección. Pilar me entregó el relevo por delante de Melilla y La Rioja. Mi objetivo era dar caza a Navarra, que me sacaba un minuto al entrar en el agua.

A veces me creo Dios, caminando sobre las aguas...




Tomé la decisión de nadar con neopreno y fue un acierto. Los 300 metros pasaron volando y le recorté 30 segundos al Navarro, aunque en la transición perdí un poquito de tiempo quitándomelo, sin duda compensó ponerme el traje. Empecé la bici solo, y a mitad de recorrido alcanzo al chico de Navarra, y sin pararme a pensar le adelanto fuerte y no me coge la rueda. Sigo tirando hasta boxes y abro un hueco de 20 segundos que en la carrera a pie va a ser difícil que me recupere. Sufro mucho en los 2 kilómetros a pie y voy mirando, de vez en cuando, al fondo, con la ilusión de ver a algún otro corredor de otra selección. Pero mis deseos fueron en vano y entré en meta finalmente en el puesto 15, igual que el día anterior y que mejora la participación del combinado cántabro del pasado año, pues no vinieron chicas y no habíamos podido correr el relevo.



Y con este viaje tan productivo y del que saco muchas conclusiones positivas, aparco el triatlón hasta la "hornada" de Septiembre. Comillas es el próximo objetivo triatlético, pero por el medio tengo pensado correr las millas de Santander, Polanco y, una vez más, la milla Élite de Selaya, a la que he sido invitado por mi club. Cambio de chip y ahora a enseñarles a las piernas lo que es correr por debajo de 3´el km...


Saludos y sean todos muy felices

No hay comentarios:

Publicar un comentario