Y llegó Reinosa, quinta prueba puntuable del Circuito Caja
Cantabria de duatlón y cuarta de la temporada cántabra para mí. Subimos a la capital campurriana bien temprano y con un
tiempo estupendo. Pese a las bajas temperaturas anunciadas, el sol daba una
sensación de calor muy agradable y las condiciones meteorológicas eran las idóneas
para disputar una carrera.
Después de pagar la inscripción y de hablar con unos y con
otros fuimos metiendo las bicis al box y empezamos a calentar. En parrilla de
salida faltaba gente importante pero no por ello el nivel era bajo. Felix,
Pepín, Cobo, Aja, Broch, Toñin, Ponton, Lastra… daban caché a la prueba que se
iba a disputar sobre una distancia de 5 kms a pie, 22 kms de bici y 2,5 a pie
para acabar.
A las 12 se dio la salida y, como de costumbre, Felix y
Pepín se escaparon sin dificultad. Por detrás un grupo numeroso iba cogiendo
ritmo a la vez que perdía integrantes.
Antes de terminar la
primera vuelta Cobo y Andrés Acebo saltan del grupo. Yo me mantuve en él a un
ritmo bastante cómodo y menos exigente que el del duatlón de Santander, donde me llevaron con el gancho en la carrera
a pie. Tan cómodo me veía en ese grupo que en la segunda vuelta decido tirar y
me escapo a la caza de los dos hombres que iban por delante.
Me quedo en tierra de nadie así que empiezo a pensar en la
bici. Me relajo los últimos metros de la carrera a pie y entro en boxes el 5º
pero muy cerca de Cobo, a quien alcanzo en la transición.
Salimos juntos en bici pero pronto nos damos cuenta que no
nos merece la pena ir solos porque por detrás, a escasos 15 segundos, venía el
grupo de Aja, Lastra y demás que van muy bien en bici. Les esperamos y formamos
un grupeto de 8 (Lastra, Aja, Cobo, Pontón, Cuesta, Morillo, Broch y yo). Nos
entendemos bien y vamos pasando relevos cortos casi todos los integrantes del
grupo. Prefiero colaborar e ir a ritmo que escaquearme y luego que empiecen los
hachazos. A los pocos kms pillamos a Pepín que había perdido la rueda de Felix
y nos estaba esperando. Seguimos bien organizados y yo, en la medida de mis
posibilidades, intento ser generoso en el grupo, aunque la paz no duró mucho.
En el km 10 tuvimos que afrontar una dura subida de 1 km que empezó con un
ataque de Cobo, al que todos los integrantes del grupo respondieron menos yo. Me
quedé solo al inicio de la subida, puse mi marcheta y poco a poco, sin
quemarme, al “tran tran”, volví a enlazar con el grupo. Puro espejismo porque
volvieron a atacar y volví a quedarme descolgado, cediendo unos 20 seg con ellos al
coronar y dar el giro de 180º. Al verme solo y con 10 kms por delante con el
viento en contra decidí esperar a los dos que venían por detrás. Nacho y
Gutierrez me alcanzaron en la bajada y los tres juntos y a relevos iniciamos
una persecución sin descanso. A falta de 5 kms para llegar a Reinosa enlazamos
con el grupo, donde ya no había organización e iban a hachazos y a parones.
Solo tuve que sufrir esos 5 kms respondiendo a algún cambio de
ritmo, pero mis piernas estaban enteras gracias a haber regulado en la subida y
no tuve ningún problema para aguantar.
Llegamos a la T2 el grupo de 10 dispuestos a jugarnos los
dos cajones del pódium que quedaban libres (el primer cajón llevaba el nombre
de Félix escrito). Hice una transición rápida y empecé a correr el 8º. Nada más
salir adelanto a Nacho, a Gutiérrez y a Lastra, pero a los 500 metros me pasa Pepín como un bólido. Voy 6º, muy cerca de Pontón, al que supero en la segunda
vuelta. Por delante Félix ya había entrado en meta hacía un rato mientras que
Pepín se colocaba segundo, seguido por Aja y Cobo que se jugaban el pódium. Yo, unos 10 seg por detrás, no fui capaz de enlazar con ellos y entré en meta 5º y
más que satisfecho por la carrera realizada.
Después de no obtener los resultados esperados en los
duatlones de Torrelavega y Santander, volvía a sentirme competitivo y cerca del
pódium, lo cual es un subidón de moral para la próxima carrera en Polanco, que
además será campeonato regional.
De todas las carreras intento aprender algo y en esta me he
dado cuenta que la estrategia de no salir a los ataques en la subida me sirvió
para llegar muy entero a la T2 y poder disputar la carrera a pie con gente de
mucho nivel. Por eso digo que fue una carrera muy estratégica y que salió tal y
como el día antes había planeado. Aunque esto sea un deporte de fuerza,
resistencia y sufrimiento, empiezo a creer que el factor estratégico juega un
papel fundamental, pensar la carrera antes de disputarla y estudiar los
escenarios que se pueden plantear ayuda a tomar decisiones en carrera que de
forma improvisada no habría sido capaz de tomar.
Finalmente, gané de nuevo en categoría sub 23 mientras que por equipos no subimos al pódium esta
vez teniendo que conformarnos con el 5º puesto. Otra vez será, ¡Espartanos!
Ahora me espera una semana de exámenes y vuelta a la carga
para preparar Polanco donde puede que haya novedades…
Quiero dar las gracias a Cristina Ruiz por las fotos. Os
dejo con las clasificaciones a continuación.
Saludos!